Francisco (F. R. da Cruz Costa) nació in-migrante por causas ajenas a su voluntad y lo asumió a temprana edad; su familia provenía de Goa, pero él nació en Kenia cuando todavía era colonia británica.
Estudió Arquitectura en Glasgow porque se le daba bien el dibujo y porque todo le obligaba a tener un título, aunque siempre valoró más otra clase de enseñanzas. Volvió a Kenia después de trabajar en Portugal, Inglaterra, Francia e Italia, con la idea de contribuir al futuro de su país. Sin embargo, tras unos meses, decepcionado, abandonó un cargo importante en Mombasa y recaló en España para aprender español y marchar luego a Perú o Bolivia. Pero se le cruzaron unos ojos oscuros y una sonri-sa cautivadora y terminó casándose con una mujer española extraordinaria, de pequeño tamaño, pero enorme en generosidad y valentía. Francisco amó sus carencias igual que sus virtudes y siempre se sintió agradecido por ello.
Este es apenas el principio y no el final de la historia. La larga vida de Francisco se ha tejido con experiencias, aprendizajes, una visión siempre positiva y una mente abierta; todo ello ha hecho de este inmigrante de nacimiento un ser humano completo.