Ocho años después de Múltiplos de uno, Ángel L. Montilla Martos regresa al panorama de la poesía española con este poemario irónico, cáustico, reflexivo, mordaz, denso y liviano a un tiempo. El poeta se sirve del imaginario del vuelo para reflexionar sobre el discurrir de la vida, no entendido al uso tradicional, como un camino de arena, moqueta o asfalto por el que se baja al infierno o se accede al más allá, sino como una travesía aeronáutica con su despegue, su aterrizaje y sus cinturones de seguridad. A estas alturas mezcla la tradición de las vanguardias futuristas con grandes mitos y figuras de la literatura, el cómic y la historia, quienes poblaron cielos y empíreos o fueron víctimas de la gravedad y “cayeron”, en el amplio, metafísico, incluso teológico, sentido de la palabra. Todo sin dejar de lado la voz íntima del yo, que unas veces se observa a sí mismo desde las nubes y otras tripula la aeronave que forzosamente deberá descender algún día.