Un lugar, Nova Creu Alta de Sabadell. Un día, domingo 7 de junio de 2015. Una hora, 19:44 de la tarde. Todo aficionado al fútbol guardará para siempre en sus memorias un pequeño instante que lo cambió todo, para bien o para mal. La fina línea que separa el éxito del fracaso es lo que hace grande al deporte. Pero incluso los momentos más fugaces vienen precedidos de un amplio contexto que permite llegar hasta él. Cualquier hincha del Club Atlético Osasuna no olvidará qué estaba haciendo aquella soleada tarde casi veraniega, pero también es necesario recordar cómo y por qué se alcanzó esa situación que unió para siempre a Sabadell y Navarra. Esta historia va mucho más allá del ámbito puramente deportivo, con personajes secundarios que se convierten en protagonistas, personas queridas que mudan en villanos. La política en todo su esplendor también jugará un papel fundamental, así como la justicia, que, desgraciadamente, tendrá su gran importancia en los acontecimientos.