Sin pretensiones. Las líneas de este libro han sido escritas como algo salido del corazón, sin ninguna intención de permanecer en la memoria. Todo empezó como un juego para matar el tiempo de la manera mejor y terminó como el fuego que calcina las entrañas. Ahora sí me lo he tomado más en serio. Animado, quiero tenerlas juntas en un libro para mí, allí reunidas como tesoro al que de vez en cuando echar una mirada de recuerdo. Eso sí, si alguien lo lee y le gusta, mucho mejor; comulgarán con mi manera de ser y de pensar. Si el escribir llena tu vida, esta nunca será perdida. Desde hace poco, la pluma y las hojas en blanco son mis amigas. La pluma ofrece su tinta para inseminar, y las hojas en blanco su vientre para engendrar. Maridan muy bien. Es verdad, sin embargo, que a veces la pluma no llega donde llega el corazón: se queda a medio camino y deja algunas hojas en blanco, pero había que intentarlo…