Ácidos nucleicos es el resultado de la indagación en mí mismo a través de la poesía. En su momento, mientras escribía, no era consciente de la transformación que en mí operaba. Con el paso del tiempo, tomando distancia, comprendí dicho proceso. Entonces, cuando agrupé los poemas, vi la unidad orgánica de todos ellos. Una vez pasada la perplejidad, tras la impresión de haber sido, de alguna manera, arrollado o raptado por la poesía, era el momento de la reflexión. Aparece la idea de la vinculación del acto poético, la creación, con los mismos fenómenos de la naturaleza. La realización de uno mismo en la creación poética, en este caso, confluye en la comprensión íntima y profunda de la no dualidad. Solemos percibirnos separados, pero no hay tal separación; no hay dualidad; la realidad es no dual. Nosotros percibimos bacterias y virus, por ejemplo, sin comprender que estamos constituidos por esos mismos virus y bacterias; es más, en realidad, somos lo mismo; simplemente está habiendo una manifestación de formas en los procesos de la naturaleza. Esta idea sigue el poemario, pero no desde una reflexión abstracta, sino que es la misma vivencia la que lleva a la idea; antes está el aprendizaje por la experiencia directa.