CÍRCULO ROJO.- Valentina Sala, como firma la autora de ‘Caótica’, define la obra como “un relato que se produce a partir del enfrentamiento con uno mismo y/o con la realidad en la que el sujeto vive”.
En esta obra publicada en el Grupo Editorial Círculo Rojo, el lector se va a encontrar, según las palabras de la propia autora, con un texto que surge de “la necesidad de construir un relato para vivir mejor”, así como el reflejo de miedos, preocupaciones, impulsos, deseos … compartidos entre el lector y la autora. ‘Caótica’ no cuenta la historia de Valentina, o sí, pero lo hace contando, a su vez, la del propio lector, actuando como espejo, o interpelando sobre su historia.
Se trata de un libro que nace, como indica la autora, de la necesidad de “moldear la realidad para hacerla más llevadera”. Elisa de Armas, define la obra como “un diario, a veces vómito y otras veces poesía”. “’Caótica’ a veces es dejar salir todo eso que envenena a modo de exorcismo y otras es sentarse con todos esos trozos y moldearlos para que las artistas dejen de hacer daño”, añade Valentina.
SINOPSIS
«Valentina navega aprovechando la entropía del universo: su caos es, más que nunca, un orden alternativo. Bienvenidos a las entrañas de la vida.»
(Emilio González Ferrín)
«Caótica nos revela la compleja química del daño y las herramientas para lograr la supervivencia. Una huida imposible, la cesión interminable a la amenaza que sobreviene o que cada uno se administra, poco a poco, a dosis soportables.
Su lectura persuadirá al lector de qué lejana queda la paz nunca vivida y concluirá que, en realidad, solo queda la herida.»
(Enrique Bravo Escudero)
«Merece la pena acompañar a la autora en este viaje y descubrir de su mano que la salvación no se alcanza renunciando a las dualidades que nos escinden, sino aprendiendo a caminar, como el funámbulo, por la senda estrecha y esperanzada que discurre entre ellas.»
(Elisa de Armas)
AUTORA
«La vida a veces deja de ser un río para convertirse en un torrente desbordado que nos arrastra, indefensos.
En este diario —a veces vómito, a veces poesía—, María/Valentina, usando las palabras como si fueran piedras, consigue remansar ese caudal y convertirlo en espejo. La autora se contempla desdoblada en los infinitos opuestos que recorren la médula de Caótica: luz/oscuridad, pregunta/respuesta, herida/sanación, soledad/compañía, locura/cordura, realidad/deseo, plenitud/vacío, amor/desamor… hasta llegar a plantearse la antítesis fundamental, la que enfrenta el miedo que nos agarrota con la confianza, en el otro, pero sobre todo en uno mismo, que nos permite sobrevivir.»
(Elisa de Armas)