Compartimos con vosotros nuestra charla con nuestro autor, Alberto Villanueva, autor de la obra ‘El cazador de tontos’.
¿Qué le llevó a escribir El cazador de tontos?
Hola. Pues resulta que soy una persona que anda deprisa por la calle, tenga o no prisa. Entonces siempre tenía que ir esquivando gente, sobre todo aquellos que van a su bola, por el medio y que le importa tres pimientos que haya más gente intentando caminar por esa misma acera. Lo mismo me ocurría en las escaleras mecánicas del Metro. Gente que se clava en el medio del escalón y no se mueve ni un milímetro.
Detrás, una fila de gente esperando. Las escaleras mecánicas realmente son una ayuda para subir y no para que te suban. Pero bueno, qué os voy a contar. Ya sabéis cómo es la gente. Pues seguramente esperando a la espalda de que uno de estos me dejase pasar, se me empezó a ocurrir esta historia.
¿Hay algo de real en esta genial y divertida, aunque perturbadora, trama?
No, nada. Todo es invención, aunque traté que fuese lo más verosímil posible. Solo espero que los carteros de Barcelona no la tomen conmigo. Bueno y espero que la gente siga abriéndole las puertas a los carteros sin miedo.
¿Cómo recomendaría El cazador de tontos a sus potenciales lectores? ¿Cree que es un libro para iniciados o es apto para cualquier tipo de lector?
Pues, al haber un cierto caos en el orden de los capítulos, igual no es para no iniciados. Podrían leerlo, pero mejor si tienen un poquito más de hábito de lectura. No lo recomiendo para sensibles ni para lectores juveniles. Hay escenas de sexo, violencia y otras más asquerosillas.
¿En qué género clasificaría a El cazador de tontos?
Yo lo considero una comedia negra. Realmente nació como la parodia de una novela negra. Donde debería haber un detective machote y mujeriego hay un inspector de policía gay y algo pardillo. Aparece brevemente una femme fatale. El asesino frío y calculador aquí es impulsivo, pasional y no deja de improvisar. Lo demás fue cuestión de ir rellenando.
¿Se atrevería con otro género literario?
La verdad es que empecé lo de escribir con la fantasía. Aunque es algo más difícil.
¿Algún proyecto en ciernes?
Pues tengo una trilogía fantástica escrita. Aun le estoy dando vueltas y retoques a eso. Ya veremos adónde va. Y bueno, ahora mismo estoy empezando una segunda parte de este Cazador de tontos.
¿Cuáles son sus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
Pues son muchas. Para este libro en concreto, mis influencias literarias serían Eduardo Mendoza y Charles Bukowski. Las filosóficas no sabría decir. De las artísticas podría decir que esta historia tiene bastante de películas como El día de la bestia, e incluso un poquito de las tres de Venganza.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Sí, se lo pasé a algunos amigos y amigas que se lo leyeron entero y rápidamente. Les encantó. Al principio me enfadaba que alguno me dijese que les caía bien el cartero. No lo entendía. A una amiga no le gustó nada una escena que ocurre con un niño con síndrome de Down, pero ya le dije que no lo iba a cambiar. Creo que entendieron bien en general lo que quería contarles. Se rieron de algunas gracias, les carcomía el suspense y pasaron un buen rato. Al final es lo que yo pretendía.
¿Quién es?
Alberto Villanueva (Barcelona, 1982). De pequeño ganó varios concursos literarios de Sant Jordi en su colegio en L’Hospitalet de Llobregat. Olvidó todo aquello unos años y hasta muchos más tarde no le volvió a picar la avispa de la literatura.
Realizó varios cursos en Escuela de escritores, leyó varios libros sobre el tema, escuchó podcasts, creó un blog y practicó su escritura en muchos certámenes. De su cabeza no cesaban de surgir historias para escribir. De todas ellas, esta es la primera que llega a publicar y le gustaría retomar las que siguen en fila.