Charlamos con José María Vallverdú Perapoch, autor de la obra La chica del cuadro, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
¿Qué hay de verdad en la fascinante trama de su novela?
Todo y nada. Es una mezcla de historias ficticias combinada con hechos reales. Muchas de las cosas que cuento de La Hispano Suiza, por ejemplo, corresponden a la realidad de esta legendaria marca de automóviles, pero nunca ninguno de los personajes trabajó con ellos. Las localizaciones son bastante reales, con algunos detalles que no lo son. La pizzería de pizzas con nombres de canciones del Boss no lo es. Es de lo que se trata, de abandonar historias reales para construir una nueva. Claro que hay algunas escenas que sucedieron. Incluso hay algún personaje con un nombre y apellido reales sacados fuera de contexto, me gusta hacer guiños al lector.
¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿De dónde sacó la inspiración?
Estudié en la Escuela de Escritura del Ateneu de Barcelona que tiene un programa de cuatro cursos que engloban los pasos necesarios para escribir una novela: Introducción a la Narrativa y después Novela1, Novela 2 y Fin de Proyecto. Este es un buen proceso, pues interaccionas con otros autores que hacen lo mismo. Son tres años en los que tu novela es corregida por el grupo, con el valor que esto supone. Y después, a escribir y corregir, escribir y corregir… hasta que un día decides que ya empieza a quedar presentable…
La inspiración surgió un día contemplando un cuadro que había pintado (soy pintor aficionado) de una chica y pensé… ¿Y si alguien se encaprichara de unos ojos azules sin remedio? Y ahí empezó todo.
Me gusta caminar y andando me inspiro mucho.
¿En qué género clasificación a La chica del cuadro?
Es una novela de intriga con amor. O como decía uno de los profesores, una de amor con intriga. Me quedo con la de intriga.
¿Cómo recomendaría La chica del cuadro a sus potenciales lectores?
Los que la han leído dicen que desde el primer capítulo atrapa. Te atrapa y continuamente van pasando cosas que te impiden dejarla. Y se lee muy fácilmente. La trama de la historia gusta mucho. El mejor comentario ha sido que podía competir con las de Juan Gómez Jurado. Hasta el diseño del libro ha impactado.
¿Se atrevería con otro género literario?
Me gusta mucho la poesía.
Me gustaría escribir cuentos, creo que seguro que lo haré.
¿Algún proyecto en ciernes?
Sí. La continuación de La chica del cuadro, mi idea actual es acabar haciendo una trilogía. Ya tengo una, voy a por la segunda. Por otra parte, estoy casi acabando un relato novelado con una historia de amor sorprendente.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
A mi me gusta mucho Ken Follet, Grisham y, ahora, Juan Gómez Jurado. Y me encanta todo lo relacionado con el universo, galaxias, vida en otros planetas. Y creo en las teorías de Asimov, como admiro a Julio Verne. Artísticamente, creo que lo que hizo Andy Warhol fue una revolución. Y dentro del Pop Art, soy un declarado fan de Roy Lichtenstein. Me gusta mucho la arquitectura, y creo que Bruce Springsteen es mi segunda fuente de inspiración. Recomiendo leer el libro oyendo su música.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Sí muchos. Atrapa y gustan los personajes. La trama es lo que más les ha gustado. Lectura fácil. Gusta que la acción transcurra en diferentes ciudades. Alguno ha dicho que podría dar pie a una película con esta trama. Estoy de acuerdo.
Ya para terminar, parte de los beneficios de la novela irán destinados a un fin social, ¿verdad?
Sí, creo que es importante que se sepa que todos los beneficios que se obtengan de la venta de La chica del Cuadro van destinados a financiar parte del programa de Becas U-BAC de la Fundación BarcelonActua; unas becas que tienen como objetivo potenciar el ascensor social a través de la educación, haciendo posible que jóvenes provenientes de institutos de Máxima Complejidad de Barcelona puedan acceder a la Universidad.
¿Quién es?
José María Vallverdú Perapoch, Barcelona, 1957, tiene la carrera y el máster en Empresariales. Hasta hace poco, dirigía un negocio de alimentación a nivel internacional.
Se ha formado en la Escuela de Escritura del Ateneu barcelonés. Curioso y buen observador, le encanta mostrar la realidad contando historias. Apasionado por las personas, su afición por la fotografía y la pintura complementan su narrativa. Le encanta viajar y necesita ver el mar, estar cerca, sentirlo… Un partido de baloncesto de los Lakers escuchando música de Bruce Springsteen es su tarde ideal.
En homenaje al pedagogo y periodista Carles Capdevila, escribió diariamente durante mil días un artículo de unas 500 palabras. Ha escrito también cuentos para adultos ilustrados con sus propias fotografías. Su admiración por Japón lo ha llevado a escribir haikus y a practicar el shodô (el camino de la escritura).
La chica del cuadro es su primera novela.