Charlamos con Julio Aurelio Olivero Lara, autor de la obra Los husos horarios del viento, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
¿Existe algún tema que funcione como denominador común en esta antología poética?
Decía en el breve prólogo del libro: «El daño todavía puede ser redimido.» La mayoría de los escritos, aunque creo que todos lo logran de algún modo u otro, tienen la marca de una «herida» que aún no cicatriza, que sangra algunas veces o simplemente da en noches de lluvia destellos de presencia.
El libro y cada escrito que hay dentro buscan una acción que parece a simple entender un poco imposible; sin embargo, lo intento explicar en los últimos versos del poema Quiero que, diciendo:
Expresa sin miedo a ser condenada,
que yo he vivido a la par de lo oscuro.
Mi único objetivo es que entiendas que,
mientras me leas, serás escuchada.
¿Por qué eligió este título, Los husos horarios del viento?
Muchos lectores me han preguntado la definición de «husos horarios» y, aunque para mí estuvo más que clara desde pequeño al saber que no en todas las partes del planeta es la misma hora, entiendo que no es un término muy utilizado en el argot popular ni el habla diaria. Los husos horarios, de forma muy resumida, son esas franjas divisoras del globo terráqueo de norte a sur utilizadas para regir los distintos horarios según la posición geográfica; son la referencia para decir que en República Dominicana son las cuatro de la madrugada mientras en España son las diez de la mañana.
Entendido esto, el título es un juego de conceptos entre la diferencia horaria y la realización de que todavía estamos a tiempo para hacer las cosas de manera distinta: tratar bien a un ser querido, pedir perdón, abrazar sin tanto pensarlo, aprender algo nuevo e incluso mirarnos al espejo y darnos las gracias a nosotros mismos por haber llegado a donde estamos ahora, que no es poco.
¿Por qué la poesía o la prosa poética como mecanismo de expresión?
Todo es un proceso evolutivo constante. En mis primeros dos libros, Frases de un Caballero y Red Clouds, la expresión se basó más en aforismos, frases y poemas cortos; más adelante me lancé a escribir poemas más largos y microrrelatos, junto a la publicación de más sonetos. Este libro hace referencia a mi tercer libro, Hipotético, que con esa prosa poética se abrazaba a un presente o pasado cercano en comparación a Los Husos Horarios del Viento, que se inclina casi en su totalidad a una perspectiva madura sobre heridas causadas desde la infancia.
Expresarme a través de los versos y la prosa, sin duda alguna, son parte de mi naturaleza.
¿Cómo recomendaría Los husos horarios del viento a sus potenciales lectores?
Tienes dos formas de vivir el pasado: viéndolo como un peso en tus espaldas o retroalimentándolo como un respiro de enseñanzas en tu pecho. Mis escritos son una «técnica» no tradicional de desahogarte, de sentir que te abrazan a distancia, de saber que, aun del otro lado del mundo, hay alguien que tal vez no sienta exactamente lo que tú sientes, pero que te brinda a través de sus letras un espacio para sanar.
Para todo aquel que, hasta el momento, haya sobrevivido sin dejar de respirar; este libro es para ti.
¿Se atrevería a definir Los husos horarios del viento en diez palabras?
Daños convertidos en respiros; el perdón como redención del pasado.
¿Algún proyecto en ciernes?
¡Muchos! Estoy constantemente creando, inspirándome, viajando, trabajando en distintas áreas y sobrellevando situaciones personales que me mantienen a tope de arte, ideas nuevas, nuevos conceptos y proyectos cada vez más grandes. Se aproximan tantas novedades…, pero sí, viene en proceso un libro lejano a todo aquello que han leído en mis páginas. Esperen un poco más, en unos meses faltarán oídos para tantas historias.
¿Cuáles son sus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
En resumen: viajes, películas, música y libros. Dejo los libros para lo último porque, aunque suela leer más de cincuenta libros al año, siento que mis letras son influenciadas en un gran porcentaje por otras tantas actividades que realizo a diario.
En lista rápida podría mencionar a Luis Ramiro, Sonia del Campo, Gioconda Belli, Carlos Kaballero, Albert Espinosa, Morat, Benji & Fede, Sam Smith, Alain de Botton, entre otros tantos escritores, cantantes y filósofos. Aun así, mi mayor influencia son las personas que me siento a escuchar: mis familiares en las tertulias, mis amigos cercanos y a distancia, desconocidos que me enseñan algo en mis viajes, meseros, artistas poco conocidos, guardias de seguridad, vendedores ambulantes y claro, mis queridos lectores.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Sí, unos cuantos. Han mencionado lo mucho que les ha gustado ver en el libro no solo mis escritos en prosa y mis tan apreciados sonetos, sino algunas de mis fotografías. También se ha compartido en redes sociales el poema Ser olas sin espuma por encima de los demás; realmente es un escrito que inspira a la acción.
Por otro lado, ha tenido muy buena crítica desde la portada que sigue la línea gráfica de mi tercer libro, Hipotético, hasta la armonía entre prosa, verso y relatos cortos.
¿Quién es?
Julio Aurelio Olivero Lara es un escritor, poeta, cuentista y sonetista dominicano. Ha estudiado en varias universidades, escuelas de negocios, plataformas virtuales y otro montón de centros educativos que, según Aurelio, han sido solo un fragmento de la guía que ha recibido en su vida, sumado a su hogar, las academias de artes marciales, los salones de evento que ha manejado, los países que ha visitado y los recuerdos buenos que ha formado.
Como autor, ha publicado anteriormente cinco poemarios: Frases de un Caballero (2015), Red Clouds (2018), Hipotético (2021), Thistance (2022) y The Blind View (2022). Esto junto a la participación en la Antología Multicultural de Escritores Emergentes. Comunidad Poética Generación XXI (2018).
Viajero, amante de los platos exóticos, escapista de situaciones incómodas, analista de momentos vergonzosos y fotógrafo de esos que evade siempre tomarle fotos a las personas. Aurelio es, sin duda alguna, un personaje de quien se debería escribir, bueno…, o él que escriba.
Instagram: @frasesdeuncaballero/@hipotetic