¿Cómo le surgió la idea de escribir esta complicada novela?
La verdad es que siempre he tenido la inquietud de escribir una novela, más como reto personal que como otra cosa. En el sentido de saber si sería capaz de hacerlo. Y llegó un momento en que sentía la necesidad de expresarme, sentía que estaba preparado para hacerlo. Yo tengo apuntadas un montón de ideas en el teléfono, y la idea a partir de la cual surgió Te quiero, Sara era una de ellas. Así que cuando me lancé a escribir aposté por esta idea y a partir de ahí fue cuestión de ir dándole forma hasta crear la historia, lo cual es un proceso muy bonito y gratificante.
Los personajes son fundamentales en Te quiero, Sara. ¿Cómo desarrollas y construyes tus personajes principales y secundarios? ¿Alguno de ellos está basado en personas reales o experiencias?
Los personajes de Tony, Marcos y Sara fueron los primeros que aparecieron. Pero te contaré una curiosidad: no se llamaban así. Es más, ninguno de los personajes tenía nombre, al principio los identificaba con una letra mayúscula (Tony era “A”, Sara era “B” y Marcos era “C”), pero a medida que iba avanzando en la historia iban surgiendo en mi cabeza los nombres ideales para todos ellos. De hecho, todos significaban algo. Por ejemplo, los nombres de muchos de los personajes están muy relacionados con la cultura motera. Tony y Susana son un homenaje a la novela Tony and Susan de Austin Wright, en la cual está basada la película de Tom Ford Animales Nocturnos. Así que ya desde el propio nombre los personajes tienen una intención, son una especie de homenajes sutiles.
En cuanto al desarrollo y construcción de los mismos lo que hago es seguir un proceso lógico. Cuando empiezo una historia sé cómo va a acabar, en qué punto van a empezar los personajes y en cuál van a terminar. A partir de ahí trato de llevarlos al límite lo máximo posible e ir utilizándolos como una especie de pesos y contrapesos que equilibren la historia y la hagan transcurrir con fluidez para llevarla del punto desde origen hacia el final. En el caso de Tony, el protagonista, su evolución y su desarrollo es el más evidente porque la suya es una historia de aprendizaje y redención. El Tony de los primeros capítulos, introvertido, callado, que no hace ruido, no tiene nada que ver con el que nos encontraremos al final.
Todos los personajes tienen un poco de mí y un poco de otras personas que conozco, pero ninguno está basado en personajes reales al 100%, aunque sí que hay algunas situaciones que o bien me han pasado a mí o bien le han pasado a amigos míos. Las experiencias son fundamentales para después poder levantar escenas creíbles y atrayentes para el lector. Y luego hay una parte de realidad, como por ejemplo la trama de los moteros, que está basada en casos reales.
¿Cuál es tu proceso para planificar y escribir una trama convincente que mantenga a los lectores intrigados? ¿Cómo construyes y mantienes la tensión a lo largo de tu narrativa?
La verdad es que el proceso es de lo más natural. Procuro escribir aquello que a mí me gustaría leer. Si lo que escribo me gusta a mí, sigo por ese camino, porque a partir de ahí le podrá gustar a alguien más. Lo que no me permito es escribir pensando en los demás. Me explico: no escribiré una historia sobre algo que no me atraiga simplemente porque esté de moda. O no llevaré la historia hacia un lugar pensando que de ese modo puede gustar más al público si a mí no me convence. Procuro que toda la historia tenga sentido, que el discurrir de la trama sea natural, que no haya huecos ni pasen cosas inexplicables. Todo lo que le ocurre a los personajes debe tener un sentido y debe servir para avanzar en la historia. Por ejemplo, si un personaje pasa tres días escondido en un sitio, yo como autor tengo que saber por qué pasa tres días escondido y no tres horas o tres semanas. Aunque eso no se explique en la novela. Yo creo que en ese sentido el autor debe tener todo controlado.
Para mantener la tensión nada mejor que una buena escena de acción. Todas ellas tienen que tener un fin concreto, y a la hora de escribirlas hay que saborearlas, de modo que al lector se le pueda permitir también meterse de lleno en ella, sentir el barro bajo los pies, los pequeños cristales en la cara… También pienso que es importante escribir personajes con cierta complejidad, que sorprendan, y que reflejen la condición humana: todos somos capaces de lo mejor y de lo peor.
¿En qué género la englobarías?
Te quiero, Sara es, básicamente, una novela de aprendizaje. Aquella en la que el héroe debe superar un obstáculo, crecer y desarrollarse. En este caso, Tony aprenderá a vivir sin Sara de la manera más traumática. A partir de ahí, la historia está sazonada con tintes de acción, de romanticismo, de intriga y algo de erotismo. Creo que todo ello la convierten en una novela muy atrayente, moderna, que huye de corsés y que se deja llevar sin complejos.
Un detalle: te gusta mucho el cine, ¿verdad?
Sí. Es innegable la influencia del cine en mi escritura. Pero esa influencia no se limita solo a las referencias veladas que hay en la novela. También hay líneas de diálogo o escenas que son guiños a alguna película. Además, también hay muchas referencias a la múscia, a series y literatura. Creo que es importante crear esas sinergias en el mundo cultural porque ayudan a ensanchar el marco personal de cada lector. Si alguien leyendo Te quiero, Sara conoce a Tom Petty o a los Heart, le da por leer a Asimov o se decide a ver Heat, pues ya estoy aportando mi granito de arena a que la cultura siga expandiéndose. Creo que eso es muy importante, la cultura debe generar más cultura.
¿Cómo recomendarías Te quiero, Sara a sus potenciales lectores?
Te quiero, Sara es una novela moderna, que como los buenos platos se cocina a fuego lento, pero la espera merece la pena. Acción, intriga y emoción se dan cita en una historia a tres bandas que confluirá en un acto final que te dejará con la boca abierta.
¿Puedes hablarnos sobre tus proyectos futuros? ¿Hay algún nuevo libro o serie que estés desarrollando actualmente?
Ahora mismo estoy en fase de documentación para el que ojalá sea mi próximo libro, que me gustaría que se publicara en el segundo semestre de este año. Y digo “ojalá” porque escribir un libro no es fácil, y no sé si seré capaz de volver a hacerlo. Mi idea es que sea la segunda parte de Te quiero, Sara, y que sea una historia mucho más emocionante y adictiva y que sea un thriller clásico. La novela se centrará en Sara y contará las circunstancias que rodearon su muerte. Aunque cuando acabé la primera parte no pensé en una segunda, todas las personas que han leído el libro me han animado a continuar explorando este universo.
Después de este, ya tengo en mente los próximos cuatro libros, que me gustaría publicar en los próximos cuatro años, a razón de uno al año. Siempre y cuando sea capaz de hacerlo, que como ya digo, no lo sé.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
A nivel literario, Te quiero, Sara está claramente influido por la obra de Don Winslow, Isaac Asimov y Nick Hornby. De Winslow tiene la estructura, el ritmo y la agilidad con la que discurren las escenas. De Asimov la influencia es sobre el desarrollo de los personajes y las relaciones interpersonales. Y de Hornby el objeto principal de la trama, que es el aprendizaje del héroe, como ocurre en sus obras Fiebre en las Gradas o en Alta Fidelidad.
¿Cuál ha sido la reacción de los lectores o la crítica ante esta novela? ¿Has recibido alguna retroalimentación interesante o inesperada?
No voy a negar que cuando publiqué el libro tenía sentimientos encontrados. Por un lado, estaba emocionado porque había logrado algo que no sabía si sería capaz de conseguir, y estaba tranquilo y satisfecho con la novela. Pero por otro siempre te queda el temor de saber si le va a gustar a alguien más, si la respuesta de las personas que lo lean va a ser positiva o si, por el contrario, les vas a decepcionar en cierto modo. Pero la realidad es que el feedback que estoy recibiendo es muy positivo. Todo el mundo que lo lee termina muy contento y con muy buen sabor de boca. Ha tenido un recibimiento espectacular y la prueba es que me piden más historias sobre este universo y que personajes como Máximo Riesgo han resultado realmente divertidos.
¿Quién es?
Luis F. Reinosa (Madrid, 1986) creció en Tomelloso, Ciudad Real. Su interés por el pasado le llevó a estudiar Historia, y su pasión por la comunicación le permitió graduarse en Periodismo. Además, es máster en Periodismo Deportivo y máster en la España contemporánea en el contexto internacional.
Te quiero, Sara supone su imponente debut literario, una obra en la que aborda temas como la salud mental, ensalza valores como la lealtad y explora instintos tan básicos del ser humano como el miedo o la codicia. Todo ello a través de tres historias que se cruzan para configurar un relato con un ritmo arrollador que no dará un respiro al lector.