¿Qué es Cromatismos?
Cromatismos es un reflejo de la vida en sí misma; con la mejor y la peor cara del ser humano, de los aciertos o errores que a veces se cometen al gestionar ciertas emociones. Es una invitación al lector para la autoobservación en un conjunto de escritos de temática aparentemente lineal, pero que en profundidad se rescatan temáticas como el merecimiento, el amor sano, el insano, el amor propio, las idolatrías, las obsesiones, la superación, la idealización, las traiciones, las decepciones, el dolor, la rabia, la depresión, la vehemencia, el erotismo, la inseguridad… hay muchos trasfondos.
¿Se puede ser lo que uno quiere ser mediante la libertad que ofrecen las letras?
Totalmente. Mira, te voy a poner un ejemplo: más de una vez he leído que la mayor musa de Lewis Carroll fue Alice, la hija de unos amigos, a quien dedicó su obra más célebre. Un fragmento de mi obra dice así: «Alicia en el país de las maravillas es un grito de auxilio, un refugio, un universo en el que Carroll podía respirar, allí donde los gatos hablan y las orugas fuman… ¿cómo no iba a ser posible su amor?». A través de las letras puedes viajar a cualquier lugar, a cualquier época. Puedes ser el villano o el héroe de una historia. Incluso puedes reescribir un mal capítulo de tu vida y convertirlo en el que te hubiese gustado que fuera…
Aunque en mi caso he de reconocer que prefiero escribir más sobre temas sociales y mundanos, bien sea en narrativa o en lírica.
¿Lo breve, si bueno, dos veces bueno? ¿Por qué esta manera de plasmar pensamientos en pequeñas cápsulas tan concretas?
En este caso, Cromatismos, al ser en realidad un poemario de verso libre casi en su totalidad; sí me pareció oportuno y acertado aplicar ese refrán. El hecho de crearlo de ese modo es porque aplico tanto en la literatura como en cualquier aspecto de mi vida aquello de: “Cuando no tienes nada que decir, es mejor no decir nada». Se quedaron en el cajón muchos escritos que podrían haber ofrecido más contenido y más páginas al libro pero procuro escribir los libros que a mí me gustaría leer si no fuese la autora; eso también me ayuda a saber cuándo he de dar un libro por finalizado.
¿Le ha servido de catarsis este libro? ¿Cómo fue el proceso de escritura?
Tanto en Cromatismos como en mis dos anteriores obras, rotundamente sí, se ha producido esa liberación. Creo que en cualquier trabajo artístico, de la disciplina que sea, existe. De hecho, no concibo que no vayan de la mano el artista y su obra sin que se produzca una catarsis.
El proceso de creación de Cromatismos fue bastante atípico. No me puse un buen día a sentarme frente al ordenador ni dije: «Voy a escribir mi tercer libro».
Durante aproximadamente los últimos tres años no he dejado de escribir, e incluso la mayoría de los escritos que aparecen en la obra los creaba y colgaba en mis redes sociales de manera instantánea. Fue en el confinamiento cuando, por la situación que todos hemos sufrido, descarté la opción de publicar una novela que ya tenía terminada y me propuse recopilar los escritos que yo consideré; algunos los cambié, otros los pulí, otros los dejé en su forma original, aporté muchos nuevos y a todos ellos les di una forma, un símil con el mundo de la cromática que, como bien se explica en la sinopsis, mucho tiene que ver con la dirección hacia donde lo quise dirigir.
¿Cómo recomendaría Cromatismos sus potenciales lectores? ¿A qué público está dirigida la obra?
Directamente, ofreciéndoles la sinopsis. Ahí se refleja exactamente lo que quiero transmitir con Cromatismos:
«Nosotros, simples mortales, incompletos por naturaleza, buscamos la felicidad eterna y, cual funambulistas, el equilibrio perpetuo; pero no reparamos en algo tan obvio como el hecho de observarnos, y, además, de hacerlo sin juzgarnos, sin justificarnos, sin autoengañarnos o sin culpabilizarnos.
Ha de existir una necesaria y urgente evolución y transformación intrínseca para pasar de la oscuridad a la luz, de la incertidumbre a la certidumbre, de la ignorancia básica de la mente a la de la sabiduría. En definitiva: ir completando nuestros vacíos existenciales, esos que a veces se manifiestan en forma de colores que no buscamos.
Pero por creencias adquiridas y limitantes, existen comportamientos, hábitos o reacciones que no queremos ver y jugamos al escondite con nosotros mismos.
En nuestro día a día, al igual que en la cromática, existe armonía, calma, precisión, brillo…, como también aberración, desacierto, desvío o imperfección…
Y quienes decidan subirse a esta gama de sentimientos y emociones dispersos, quizás no encuentren lo que buscan, pero sí lo que necesitan.»
Cuando escribo, no pienso en dirigirme a ningún público en particular. A las personas a las que van dirigidas son a aquellas que de una manera u otra conecten con él.
¿En qué género clasificaría Cromatismos?
Lo de los géneros a veces es un poco complejo, al menos en mi caso. A veces una no sabe muy bien cómo etiquetarlo porque entre otras cosas, no me gustan las etiquetas pero, como ya he mencionado, lo que prima en él es la poesía contemporánea y la prosa poética.
¿Se atrevería con otro género literario?
Sí. No creo en los estancamientos ni en la zona de confort. Creo que en la vida, el ser humano debe aprender a incomodarse a sí mismo, de otro modo será ella la que nos sacuda a la fuerza para mandarnos algún mensaje y esto también lo aplico a la literatura.
¿Algún proyecto en ciernes?
Una novela corta de futuro incierto (esto último, más que nada por cuestión de fechas)
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
De manera consciente, no sabría decirte. Pero de forma inconsciente, sí que cuando releo mis libros veo ciertos reflejos de las fuentes que bebo.
La verdad es que la mayoría de lecturas de las que me he empapado en los últimos años han sido precisamente de grandes filósofos como Nietzsche, Bauman, Erich Fromm y un largo etcétera… Aunque también he de decirte que hay letristas de canciones que me inspiran más de lo que a veces me percato, incluso en ocasiones, haciendo un guiño, me gusta citar algún título o alguna frase en mis libros.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
No como me gustaría por falta de presentaciones y esa cercanía con el público por la situación actual, pero sí que he podido saborearlo a través de los medios sociales y lo cierto es que, en ocasiones, hay personas que me dejan sin palabras; a veces no me creo que algo que yo he creado pueda incluso cambiar la forma de ver la vida de muchos lectores, hay infinidad de reacciones muy emotivas y especiales y es ahí cuando me digo a mí misma: «misión cumplida». Puesto que la escritura no es un acto egoísta, es un acto de dar, de aportar, de ofrecer… de otro modo, para mí, carecería de sentido.