CÍRCULO ROJO.- A principios de 1976, el entonces obispo de Málaga Ramón Buxarrais, clausuró en el barrio de El Palo, la congregación mariana que en 1969 fundara el jesuita Francisco Ballester Viú, quien había llegado desde el Seminario de Derio (Bizkaia), donde era profesor. El motivo: la conducta pederasta que le llevó a abusar al menos de cinco adolescentes y de algún alumno del colegio León XIII.
Francisco Barba Cañete, miembro de esta congregación, refleja en su obra ´Más allá de los huesos´
la realidad vivida por las víctimas. Medio siglo después, en su opinión, la Iglesia parece manejar los abusos sexuales con una dinámica histórica similar de negación y ocultación.
Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según palabras del autor, “el fruto de un año de trabajo de investigación intrínseca, basada en testimonios de los afectados por esta dolorosa realidad. Ninguno de los afectados busca más compensación que la constancia de los hechos, rebelándose contra el silencio o interpretaciones interesadas”.
SINOPSIS
La dictadura franquista (1939-1975) fusionó la identidad nacional con la religión católica. Cualquier escándalo que pudiera dañar la imagen y reputación de la Iglesia, perjudicaba también la legitimidad del régimen. El resultado: un omnímodo clericalismo dominante en los asuntos políticos y sociales.
En esta situación de privilegio y estricta moral se priorizaba la imagen eclesiástica en un clima de impunidad y silencio, como sucedió con los ocurridos en el malagueño barrio de El Palo durante el tardofranquismo.
Más allá de los huesos coordina investigación específica, testimonios personales y análisis crítico, ofreciendo una original visión profunda histórica y humana de la pederastia en la Iglesia.
AUTOR
En su primer libro ofreció argumentos sólidos contrarios a la beatificación del DR. Gálvez Ginachero. En esta segunda entrega, Francisco Barba Cañete, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha investigado el escándalo de la pederastia en la Iglesia católica española. Con trece años, al igual que muchos adolescentes de su barrio, El Palo (Málaga), se incorporó a la Congregación Mariana fundada por el sacerdote Francisco Ballester Viú, recién llegado de Bilbao. Eran los años del tardofranquismo.