CÍRCULO ROJO.- ‘Las reglas del soldado de Cristo’ escrito por Onésimo García, el lector encontrará, como lo declara él mismo, una guía, un camino, una orientación que le ayude a levantarse y ordenar su vida para mejor servir a Dios, crecer ante sus ojos y poderle gozar en la otra vida si se persevera en el bien comenzado.
Para ello no solo se ha inspirado en las enseñanzas evangélicas, en las de San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales o en la propia experiencia sino también en los hábitos militares de un soldado que son los que le ayudan a mantener su espíritu de disciplina, lealtad y entrega.
SINOPSIS
Es de hombres caer y de héroes levantarse. No obstante, sucede que muchas almas, deseando salir de algún vicio, pecado o defecto que se quiere corregir, no encuentran modo o camino que les ayude a ello. Este libro, al igual que a un soldado se le forma, capacita y motiva para hacer frente a la batalla con coraje, entusiasmo y valor, es una ilustración, un camino, una forma en donde encontrarás, por un lado, un Decálogo al estilo del ejército; a saber discernir de dónde nos vienen nuestros pensamientos, según las enseñanzas de San Ignacio, en su discreción de espíritus, y a entender por qué se sufren escrúpulos, pero con novedades para una mayor comprensión; asimismo, se exponen unas reglas que ayudarán a conocer mejor a una persona y a no dejarse llevar tan solo de la primera impresión y no llevarnos a engaño; unos hábitos a seguir que te ayudarán a ser constante en el bien comenzado, así como un método y una forma de sacar provecho en la meditación de un pasaje de la Historia Sagrada; y cómo emplear un retiro espiritual para mejor reparar al Señor y unirse a Él. Por otro lado, en el último apartado, «Quiero creer en Dios», se trata el tema de cómo entender el motivo por el que uno llegó a perder la Fe en un Creador, y un camino para recobrarla. Además, se añaden algunas enseñanzas de las Sagradas Escrituras, en las que es el mismo Dios el que te ilustrará a través de ellas.
AUTOR
Este libro fue inspirado en base a las grandes enseñanzas que San Ignacio de Loyola nos transmitió en sus ejercicios espirituales. Por otro lado, en los inspiradísimos decálogos de la Infantería de Marina y de la Legión del glorioso Ejército español, creados para mantener no solo la disciplina, sino el buen espíritu del soldado. También en el deseo de ayudar a algunas almas necesitadas de la misericordia de Dios, ya que Él solo espera un pequeño gesto de buena fe y deseo para enriquecerla con su Gracia y, como valiosa flor, ayudarla a que crezca para llevarla y presentarla al Padre y goce eternamente de su amistad, su gracia y de la visión eterna de su Esencia Divina, es decir, de la mayor visión de Dios según sus méritos adquiridos en la vida terrenal.
Bien se sabe que todo aquel que entra a servir en la milicia de un Ejército debe despojarse de sus vestiduras y asumir el nuevo uniforme, decálogo de la unidad y estilo de vida. Y así también Cristo, el Gran Rey del Ejército Cristiano, quiere que quien entre en su servicio y quiera seguirle como discípulo, como buen soldado lleno de un gran espíritu y entusiasmo en servir a tan gran Señor, se niegue también a sí mismo y se revista con el uniforme del hombre nuevo… y asuma su Decálogo y enseñanzas para que, siguiendo fiel a ese espíritu, y viendo Él al que más se destaque, sepa recibir el premio merecido y reciba en esta vida gracias y bendiciones; y en la otra vida sea premiada con la salvación eterna y galardonada con una mayor visión de la Esencia de Dios o gloria celestial en premio por su esfuerzo y fidelidad.