CÍRCULO ROJO.- En una sociedad cada vez más acelerada, donde la introspección parece un lujo, Lokāh, la nueva novela de Alberto G. Morán, se erige como una pausa necesaria para repensar el sentido de nuestras decisiones y la dirección de nuestras vidas. Publicada por Editorial Círculo Rojo, esta obra invita al lector a sumergirse en la mente de Darío Lerma, un personaje que encarna las dudas y contradicciones de toda una generación.
Alberto G. Morán comenzó a escribir a los quince o dieciséis años, como un ejercicio de autoayuda, una manera de volcar sus pensamientos y reflexiones. Lokāh nace en 2018 y, en apenas seis meses, cobra vida entre idas y venidas. Es un libro que refleja el mimo con el que han sido construidas las reflexiones de su protagonista, un conjunto de pensamientos que resuenan con el lector, haciéndolo sentir identificado con cada dilema existencial.
Una historia para aquellos que buscan respuestas
Pensada para un público joven adulto, Lokāh está dirigida a aquellos que, en algún momento, han pausado su rutina para cuestionarse el rumbo de sus acciones y las razones detrás de cada elección. Morán describe cómo la novela nació de una simple reflexión, como muchas otras que había escrito, hasta que, de repente, encontró en ella una historia propia.
Darío, el protagonista, es un hombre que navega entre la nostalgia y la ansiedad del futuro, entre la certeza de lo vivido y la incertidumbre de lo que vendrá. Su relato está lleno de encuentros fortuitos, conversaciones que rozan lo filosófico y un anhelo de comprensión que podría ser el de cualquiera de nosotros. Lokāh no es solo una novela, sino una experiencia literaria que deja huella en la mente del lector.
Un libro que desafía al lector
La fuerza de Lokāh reside en su capacidad de interpelar a quien lo lee, de generar preguntas sin ofrecer respuestas fáciles. “No vivimos conforme con lo que tenemos”, se repite Darío en uno de sus momentos de mayor lucidez, y esa es, quizá, la gran pregunta que Morán lanza al lector: ¿es suficiente lo que tenemos o siempre estaremos esperando algo más?
Con un lenguaje sencillo pero lleno de matices, el autor consigue que cada pensamiento de su protagonista resuene como propio. En una era donde la literatura se consume rápido y sin profundidad, Lokāh invita a un ejercicio contrario: la pausa, la reflexión y la introspección.
SINOPSIS
[…] Esos ojos tuyos no miran lo que está justo en frente de ti, esos ojos no se preocupan por mirar lo que tienen delante y lo que está pasando, esos ojos tuyos no están aquí… En parte sí me siento así, como que nada de lo que ocurra ahora me importa. Me quedé mudo. «A ver dónde quiere llegar» […]. Así comienza la conversación que hace a Darío pararse a pensar sobre el rumbo que está tomando su vida. Cuando la conversación lo tiene atrapado, esta persona desaparece, dejando tras de sí un profundo sentimiento de vacío en el protagonista. Darío intentará encontrarla, y para ello recorrerá un camino de introspección en el que tratará de reconciliarse consigo mismo.