CÍRCULO ROJO.- Luca Adrián Martínez se dirige a todos aquellos jóvenes que no encajan en su entorno y “a los frikis del mundo”, como él mismo indica, en su libro: ‘La muerte. Danza Macabra’, de la que el mismo destaca a los antihéroes. “No son villanos como tal, pues no son inherentemente malvados, pues simplemente actúan obligados por sus propias circunstancias”, comenta él mismo.
Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del propio autor, “oscuridad, crueldad, dureza, rebeldía, desesperación, dolor, terror, sexo y zombies”.
SINOPSIS
La magia ha vuelto a Europa. El nigromante ha resucitado. Su nombre fue borrado de los anales de la historia, mas no pudieron borrar su descendencia. Los muertos caminan sobre la Tierra. Los tiempos habrán de cambiar, pues el nuevo señor del infierno quiere nuestro mundo para él. Cuatro jóvenes deberán luchar por restablecer el orden. Cuatro como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: Guerra será quien dispute tanto batallas internas como externas. Hambre será quien devore con ansia y aprenda. Muerte será quien domine el final de una vida. Gloria será quien los guíe a todos a través de la oscuridad. Ellos serán quienes se enfrenten a un porvenir de brutalidad, de tristeza sin igual, de dolor inimaginable y ascenso hasta los mismísimos dioses de esta dimensión. La batalla se acerca, pues la magia ha vuelto a Europa.
AUTOR
Luca Adrián Martínez Martín nació el 5 de abril de 1993 en Zürich, Suiza. A los seis años se mudó a Vigo, junto a su familia. Cursó Primaria, la ESO y dejó Bachillerato para acceder a la FP, de la cual completó dos ciclos superiores. El único útil fue Asistencia a la Dirección (antiguo secretariado), pues es el que le permitirá acceder a las oposiciones para auxiliar de biblioteca. Crecer leyendo libros, escribirlos de adulto y custodiarlos en su lugar natural. «Un sueño a punto de cumplirse», diría el autor.
Como notas especiales sobre el autor, cabe añadir que es un acérrimo fanático del juego Dragones y Mazmorras y Pathfinder, de pequeño acudió a clases de kung-fu —por lo tanto, sus manos son consideradas armas blancas— y también formó parte de un grupo de teatro llamado Perros Verdes, de la mano del magnífico actor y dramaturgo Edgar Costas Sanmartín, el cual no se sabe si querrá ser relacionado con su antiguo alumno.