La actriz, modelo y ahora escritora de origen peruano, trata de lanzar un mensaje de fuerza a todos aquellos que estén atravesando una situación descorazonadora.
CÍRCULO ROJO-. ‘Luna de noche’ es una obra dirigida a todos aquellos dispuestos a entender la imperfección del ser humano con sus traumas y equivocación, sus pasiones y su vitalidad. Maybelinne Saint-Pere destaca la fuerza de su protagonista, Luna, porque, según ella misma expresa, no tiene miedo a expresa sus emociones. “Es una persona que desborda fuerza y energía, se entrega en todo lo que hace y se deja la piel por las personas que ama. En ella atrae su incansable afán por combatir el desengaño, la pérdida y la incomprensión”, explica.
Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar un mensaje de ánimo que le hará entender que, incluso en los peores momentos, hay un claro de luz. “Luna muestra vulnerabilidad física y psicológica, está hecha de piel y corazón, pero también en su interior anida una extraña fuerza capaz de luchar contra los elementos, y con la que el lector se puede identificar. Ella representa el triunfo de la voluntad”, añade Maybelinne.
SINOPSIS
La vida de Luna transcurre entre el cielo onírico y el infierno dantesco, entre sentir el placer en cada fibra de su ser y una profunda desesperación generada por la frustración emocional. Una existencia de cotidiana sensibilidad, un interior lírico infinito y atrayente que convierten a la protagonista de esta novela en un femenino singular poderoso y magnético. La familia, la sexualidad, las tinieblas de la obsesión, las huellas dolosas y felices del pasado, y hasta divertidas, gravitan alrededor de un personaje fascinante, caminando bajo el influjo de la luna desde su infancia hasta un turbio presente, para experimentar el conflicto provocado por dos relaciones especiales, aunque un único amor verdadero.
AUTORA
Actriz, modelo y escritora, Maybelinne Saint-Pere (Lima, 1985) hace de la expresión artística su hábitat natural. En su primera novela, vuelca todo un mundo interior con una fuerza arrolladora y absolutamente personal. Habla por la piel, y su literatura exuda libertad, aunque sea la protagonista prisionera del recuerdo y del dolor. Tiene en prosa la angustia kafkiana, pero encerrada en un laberinto de pasiones; y cuando trasluce el amor, este es descarnado y golpeado con la misma soledad que en Nada, de Carmen Laforet, traicionado por la mente ilusa de querer cambiar lo irremediable.
La autora escribe disonante, arrítmico a veces, marcada por altibajos de conscientes latidos interrumpidos y acelerados inmediatamente después de forma compulsiva. «Vivo sin vivir en mí», se dice a sí misma sin mística, también ajena a la realidad como la entendemos, más cerca de lo onírico y de la ensoñación que del realismo mágico.
Deslavazado e intencionado, con su estilo sui generis, Maybellinne Saint-Pere logra atraer al lector a una particular fusión de explosión de sentimientos y de vocabulario, latinidades destiladas en un verbo y lirismo únicos.