La historia de literatura ha girado en gran parte en torno al amor. Y la historia en general, claro. Pese a que todos creemos saber qué es, no es fácil definirlo, y mucho menos acotar los límites del término. Para mí, sin duda, la mejor definición es la que aportó el gran Mark Twain, que, con su característico y sarcástico sentido del humor, lo sintetizó en esta genialidad: «Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva».
Sea como fuere, como decía, todos sabemos lo que es, o lo intuimos, o lo sufrimos, o lo gozamos, según haya sido nuestra experiencia al respecto. Así pues, se trata de uno de los ingredientes principales de ese coctel que forma lo humano, un aspecto esencial de nuestras vidas que, sin embargo, no siempre sabemos gestionar.
Con la intención de solucionar en la medida de lo posible este tema, el joven autor Alberto Simón Vázquez ha escrito una obra titulada Amor y libertad, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo, con la pretende, a través de un buen número de textos cortos y precisos, reflexionar sobre diversos aspectos del amor, para, de camino, regalarnos sus conclusiones y algunos consejos.
La obra está escrita desde la terrible certidumbre de que vivimos inmersos en una terrible pandemia —además de esta trágica e interminable del coronavirus—, la pandemia del desamor.
De hecho, fue el desamor lo que le llevó a escribirla, tras una complicada ruptura con su segunda gran relación cuando solo tenía 25 años. A partir de ese momento se lanzó a una ardua labor introspectiva y a estudiar lo que otros había escrito o planteado sobre este siempre complicado tema, y de este modo, no solo comenzó a apreciar y entender mejor sus propias emociones, sino que consiguió expresarlas y romper con algunos absurdos pudores sociales.
Así, a partir de esta perspectiva tan personal pretende, y consigue, ofrecer una serie de herramientas, consejos e ideas para que los lectores interesados puedan desarrollar con total plenitud y con el máximo posible de felicidad sus relaciones amorosas.
Evidentemente, no es mi intención desvelar más de lo necesario sobre el contenido de esta obra y sobre las propuestas que expone Alberto Simón Vázquez en ella, pero hay algunas ideas que me han llamado especialmente la atención y que creo que pueden ayudar a los lectores potenciales a hacerse con Amor y libertad; sin duda, no se arrepentirán.
Por ejemplo, de entre los muchos pilares que, a juicio del autor, fundamentan un buen amor, le da mucha importancia a la libertad individual, al desarrollo personal independiente, que, en vez de afectar negativamente a la relación, ayuda a consolidarla como una unión emocional entre dos personas que libre, emocional y racionalmente construyen un proyecto común existencial. Esto, por supuesto, está relacionado con otros muchos aspectos que el autor también desarrolla, como la importancia de la sinceridad plena o de evitar los tabúes, en especial los relacionados con el sexo, o lo que él denomina «práctica del egoísmo consciente», es decir, priorizar nuestro crecimiento y nuestra evolución personal, pero teniendo claro que este debe construirse siempre en sinergia con nuestra pareja.
Especialmente interesante es su análisis de la dependencia emocional que en muchas ocasiones se da en las relaciones de amor romántico, algo que está íntimamente relacionado con el punto anterior. Y es que todos, sin duda, conocemos a alguien que ha mantenido relaciones tóxicas hasta límites increíbles por el terrible hecho de pensar que no podía romper con la persona en cuestión. Alberto Simón Vázquez nos expone un brillante análisis sobre este peliagudo problema y nos ofrece una serie de consejos para romper con esa espiral de dependencia, siempre tirando de una idea que es uno de los leitmotivs de su obra: el desarrollo de nuestro amor propio, de nuestra autoestima, de nosotros como seres libres y responsables. Cualquiera que limite este desarrollo, aunque sea en nombre del amor, nos está limitando como personas.
Evidentemente, esto último guarda relación con determinadas problemáticas muy comunes en las relaciones sentimentales, como la posesividad y los celos, elementos que, una vez más, guardan relación con el mencionado tema de la libertad individual dentro de la pareja y con la falta de autoestima.
Otro aspecto interesante gira en torno a lo que algunos somos capaces de hacer para evitar la soledad, pensando que no se puede sacar provecho de ella y que solo podemos ser felices y plenos con otros. Pero no es así, claro está. La soledad bien entendida, voluntaria y constructiva, es fuente de introspección, de autoconocimiento, de creatividad, de dicha por practicar nuestras aficiones. Claro, esto es complicado, pero nadie dijo que iba a ser fácil.
Como no es fácil aceptar una ruptura amorosa. Ya lo dijo el sabio Neruda: «Es tan corto el amor y tan largo el olvido». En torno a este problema Alberto Simón Vázquez desarrolla algunas de las ideas más brillantes de Amor y libertad: del mismo modo que sucede con la pérdida de un ser querido, durante una ruptura se pasa por distintas fases, y nuestro autor, además de identificarlas, nos regala una serie de herramientas y consejos para sobrellevarlas mejor. Además, nos invita a hacer un sano ejercicio de autocrítica, a mostrar nuestras emociones sin miedo y a no hacer caso a ese clásica adagio de que un clavo se saca con otro clavo.
En resumidas cuentas, una obra reflexiva, brillante y visionaria que, con toda seguridad, será de gran utilidad para muchos lectores.