Los escritores, como los cineastas, han utilizado en numerosas ocasiones el recurso del viaje como símbolo del tránsito vital, del devenir existencial, y casi siempre mostrando que el camino termina o produce una transmutación personal, que a menudo pasa por encontrarse con uno mismo y por renacer de una forma distinta. Y lo han hecho desde la más remota antigüedad. Ya lo hizo Homero en el siglo VIII a. C. con la Odisea, un extenso poema épico en el que se relató el largo regreso a casa de Ulises (Odiseo) tras participar en la guerra de Troya. Este esquema es el mismo que tienen, por ejemplo, las road movies, o los road books, historias que se desarrollan exclusivamente en un viaje repleto de aventuras y de reflexiones filosóficas y existenciales, y en las que sus protagonistas pasan por una evolución personal tremenda.
Sin duda, un claro ejemplo de este maravillo subgénero lo tenemos en Bosko – Given by God, una extraordinaria novela de la autora italiana, aunque residente en Andalucía, Giorgia Patanè, recientemente publicada por la Editorial Círculo Rojo.
El omnipresente protagonista de esta novela es Bosko, miembro de una tribu nómada del norte de la India, hermanada con los gitanos, que se caracteriza por practicar oficios para nada convencionales, como la adivinación, la narración de cuentos o el encantamiento de serpientes, por su pasión por la música y por su amor a la libertad.
Viudo, padre de dos hijos, Zache y Kashi, llevaba años guiando a su tribu de un lado para otro, siempre con el recuerdo imborrable de su esposa presente. Hasta que un día tomó una decisión insospechada: marcharse en busca de respuestas, o quizás en busca de preguntas. Pero no solo para él, sino también para sus hijos y su tribu.
Así comienzan las aventuras de Bosko, aventuras que le llevarán a vivir un sinfín de nuevas experiencias, a descubrir cosas que no podía ni imaginar que existían, a conocer a personas de todo tipo y a vivir a flor de piel todo tipo de emociones y sentimientos; en definitiva, un viaje hacia lo desconocido en busca, sobre todo, de sí mismo y del sentido existencial, pero siempre con la esperanza de que su esposa fallecida, desde algún lugar, guie sus pasos.
Pero el camino no será fácil. Ningún camino lo es. Vivirá sinsabores y se enfrentará a numerosas tribulaciones. Pero de todo aprenderá: de su experiencia encantando serpientes para los turistas en Jaisalmer; de la abrumadora, bulliciosa y ruidosa Nueva Delhi, donde conocerá buena gente, y aprenderá el oficio de zapatero, pero también vivirá el rechazo por su origen étnico; de Madrid, a donde llega tras conseguir un pasaporte y cambiarse el nombre (por Jaaved), y donde, además de probar los churros de San Ginés, conocerá cómo viven, piensan y sienten los europeos, encontrará trabajo, hará amistades, terminará con sus huesos en prisión por traficar, sin saberlo, con drogas, y verá peligrar su vida; además, en Madrid conocerá a una persona tremendamente especial, Beatrice, una italiana con la que…
Mientras tanto, sus hijos se verán obligados a rehacer su vida y a liderar su tribu, sin duda, una gran responsabilidad; iniciando a la vez un camino existencial que marcará su destino, les hará desarrollarse como personas y les llevará también a territorios desconocidos…
Y hasta aquí puedo leer. Como es lógico, no puedo desvelar nada más de esta fascinante, poliédrica, compleja, rica y extensa historia, que, además, tiene sus dosis de amor y suspense; y que concluye de un modo extraordinario, una vez que se descubren una serie de fascinantes conexiones —los hilos invisibles— que unen a los protagonistas de la novela; y además termina en el sur, en mi sur, en Jerez de la Frontera…
Sobra decir que se trata de una novela de personajes, que se cuentan por decenas y que están perfectamente construidos y diseñados, aunque, como es lógico, Bosko destaca y brilla por encima de todos los demás. Estamos, sin duda alguna, ante un personaje memorable, especial, creíble, complejo, riquísimo y único. Uno de esos personajes que desde el primer momento consiguen que el lector se queda prendado al libro y no lo suelte hasta ver cómo termina su epopeya; y en ocasiones, como aquí sucede, el lector se queda con ganas de más, y le pide en silencio al autor, en este caso autora, que continúe… Pero, ojo, hay muchos más personajes memorables.
Pero también es una novela de espacios, como es lógico. Giorgia Patanè no solo ha demostrado maestría a la hora de crear los mundos interiores y las personalidades de los seres que habitan Bosko – Given by God, sino que también ha puntuado con buena nota a la hora de describir al lector los espacios y contextos en los que se desarrollan las distintas tramas de la novela, consiguiendo crear una experiencia inmersiva, gracias a lo que consigue que el lector viva como si de él mismo se tratase lo que está leyendo. Y siempre es de agradecer leer una novela que, en parte, está ambientada en Madrid.
Y por supuesto, es una novela que contiene un sinfín de aprendizajes y reflexiones, lo que le acerca de algún modo al género del crecimiento personal. Giorgia Patanè, a través de sus personajes, medita sobre la libertad, el sentido de la vida, la empatía, la amistad, el amor, la humildad, la importancia de la introspección, los límites que nos imponen nuestras zonas de confort, los choques culturales entre personas de procedencias distintas, la tolerancia, la forma en la que cada sociedad estructura el modo de vida de sus miembros, entre otros muchos temas.
Lo podrán comprobar si lo leen. Les aseguro que será un viaje especial, conmovedor en ocasiones, duro a veces, agradecido y mágico casi siempre; pero será un viaje que les llevará a pensar sobre ustedes mismos, sobre sus vidas, sobre sus anhelos y frustraciones, y sobre este mundo extraño que nos rodea.
En definitiva, toda una experiencia literaria, filosófica y existencial que merece la pena leer y disfrutar hasta el final —y qué final.
Buen viaje.