Esta historia, aunque no es una novela, comienza con una ruptura, con un adiós, con un «ahí te quedas». Y continúa como suelen continuar estas historias: con el
desesperado amante abandonado llorando por las esquinas, incapaz de aceptar lo sucedido y haciendo todo lo imaginable, y más, para intentar que volviera, en este caso, ella. Es la historia de tantos y tantas, aunque en este caso, es la historia de David Santos, autor de este curioso y políticamente incorrecto libro, Artes marciales para el amor, recientemente publicada por Editorial Círculo Rojo.
Tras el «ahí te quedas» suelen venir los porqués. «¿Por qué me ha dejado?». Lo primero, lo habitual, es culparse a sí mismo, que todo puede ser. Pero luego, al menos en el caso de David, la solución llegó como una iluminación: «Mi fallo estuvo en mi actitud que tenía hacia el amor». No sabemos amar. Nadie nos enseña. Y así, empeñado en entender cómo se puede aprender a amar, se inició en una apasionante búsqueda.
Y así nació este libro, con la arriesgada idea de intentar «explicarle a una mujer cómo piensan y actúan los hombres en el mundo del amor». Ojo, esto es muy
importante: no es un libro para hombres, aunque también pueden aprender bastante si lo leen, sino para mujeres.
Así, a lo largo de estas páginas se exponen un montón de consejos y reflexiones para que las mujeres puedan entender a esos seres unineuronales —en palabras del autor— que son los varones de la especie Homo sapiens.
Por ejemplo. ¿Qué es mejor, estar sola o con pareja? Esa es la primera pregunta que toda mujer debe hacerse —y, por extensión, todo hombre—. Hay que ponderar los pros y los contras, pero hay que hacerlo. No queda otra. No hay que dejarse llevar por la corriente.
También da consejos a las mujeres que han desarrollado una fuerte carrera profesional, considerando que a los hombres, por lo general, este tipo de mujeres le dan
cierto miedo. Les cuesta entender, defiende este autor, que su chica gane más dinero, sea más independiente y tenga una mejor posición social. Les genera estrés. ¿Cómo solucionar esto? Lean este libro.
Por supuesto, también aconseja a las mujeres que mantienen una relación con un hombre por mero confort, o porque creen que nunca van a encontrar otra pareja, que se separen. Eso de «hasta que la muerte nos separe está muy sobrevalorado».
Para las que aún no tienen pareja, o las que quieren/deben buscarse una nueva, argumenta la importancia de planificar, del mismo modo que hacemos cuando
preparamos un viaje, una ruta del amor. Así se evitan las a menudo trágicas consecuencias de dejarse llevar por la química, la atracción u otros factores irracionales.
«Antes de salir de caza, analiza bien qué quieres comer. No puedes salir a cazar un jabalí y volver con un salmón. No puedes ser conformista, no en este asunto. Es tu vida, es el resto de tu vida con nosotros». ¿Quieren saber más? Lean este libro. David Santos parte de varios axiomas importantes: por ejemplo, no se puede caer en
la trampa de tener amigos hombres (heterosexuales) sin tener en cuenta que estos siempre querrán acostarse con su supuesta amiga. Otro: la persona perfecta no existe, aunque existen personas más o menos adecuadas. Y el más importante, quizás: las mujeres, plantea el autor, tienen un cerebro más evolucionado y eficaz que los hombres, de ahí que otra y otra vez se refiere a estos últimos como seres unineuronales. Esto, como comprenderán, es de suma importancia. ¿Por qué? Ya saben, lean…
Y, por supuesto, propone herramientas a las mujeres para acometer con éxito el trauma que supone una separación o un abandono. Lo primero, tener claro que de todo se sale y que nadie se muerte por esto. Lo segundo, doparse con dopamina, que siempre viene bien. Y en tercer lugar, aceptar el proceso de duelo. Sí, duelo, porque, de alguna manera, es similar al trauma por una muerte. Claro que también plantea varias y generosas ideas para reconquistar al amante perdido, pero para conocerlas, tendrán que leer este libro, claro.
De todo esto, y de alguna cosa más —por ejemplo, elegir el momento exacto para practicar sexo, aceptar y entender lo duras que son las infidelidades, o lo importante que es crear, en estos tiempos de likes e instagramers, una correcta y eficaz imagen digital— habla este curioso libro. Sí, seguramente habrá quien considere que es un tratado machista y sexista que trata a las mujeres y a los hombres como objetos y que ahonda en clichés más que manidos. Otros, y otras, en cambio, se verán reflejados en muchas de las anécdotas y ejemplos que expone, con un humor tan hiriente como necesario, David Santos. Saquen sus propias conclusiones. Ya saben cómo.