Los estadounidenses tienen una expresión que viene que ni pintada para comenzar esta reseña: Stranger than fiction, más extraño que la ficción. La suelen aplicar cuando una historia real es tan asombrosa que supera con creces a muchas historias de ficción. Este es el caso de la interesante y compleja novela El sueño americano de los O’Brien, del autor Antonio Pérez Carmona, recientemente publicada por la Editorial Círculo Rojo.
Los protagonistas de esta historia son, como su propio título indica, los O’Brien, una familia compuesta por el matrimonio formado por Ian, representante comercial de la cerveza Guinness, y Alice, profesora, y sus hijos, Albert y Elizabeth, a los que se unió posteriormente una chica adoptada, Rose. Una familia del mágico condado irlandés de Cork, conocido no solo por su historia y sus leyendas, sino por su rica gastronomía y, entre otras cosas, por ser el lugar donde el Titanic hizo su última parada antes de emprender camino hacia su trágico destino. Lo hizo, para ser exactos, en el puerto de Cobh, desde el que partieron miles de personas, especialmente en el siglo XIX, en busca de un futuro mejor en el Nuevo Mundo —ya no tan nuevo por aquel entonces.
Los O’Brien deciden emigrar a Estados Unidos ante la grave situación que se vive en Europa como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial, situación que afectó especialmente a Irlanda, que, tras declararse neutral en el conflicto, padeció un ataque brutal del gobierno de Winston Churchill, que consistió en estrangular su economía —dependiente en gran medida de Inglaterra— hasta límites increíbles, provocando que el hambre hiciera estragos entre los irlandeses, lo que a su vez provocó un éxodo masivo.
Así, finalmente, los O’Brien se asentaron en Boston (Massachusetts), la capital espiritual de Nueva Inglaterra, tradicional lugar de destino de los emigrantes irlandeses. Allí fueron prosperando. Los hijos, incluso, consiguieron graduarse en la Universidad de Harvard. A partir de este punto, la novela irá desarrollando la historia de cada uno de los O’Brien, que poco a poco se irá entretejiendo con la propia historia de Estados Unidos. Y hasta aquí puedo leer. Si quieren saber más sobre esta apasionante crónica familiar que abarca gran parte del siglo XX, tendrán que sumergirse en sus páginas.
Merece la pena destacar la gran cantidad de contenido extra que aporta el autor y que enriquece sobremanera la narración, por ejemplo, la información que aporta sobre algunas de las localizaciones donde se ambienta la ficción (el condado de Cork, el estado de Massachusetts, la ciudad de Boston, etc.) y sobre la historia de Irlanda y sus migraciones masivas —especialmente hacia Estados Unidos—, o el análisis del enquistado conflicto de Irlanda del Norte y, por extensión, entre el catolicismo mayoritario en Irlanda y el protestantismo anglicano de Inglaterra; o sobre las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, así como el nuevo orden mundial que surgió tras el fin de esta, con la creación de la ONU y el nacimiento de la Guerra Fría.
Por otro lado, también ahonda en numerosas historias paralelas, desde las legendarias narraciones sobre el mítico Kraken —o la fundación de Triana— a la historia de los Boston Celtics, pasando por amplios aportes sobre la importantísima y prestigiosa Universidad de Harvard, el Partido Demócrata, Kennedy, Nixon, la carrera espacial o la guerra de Corea.
Se trata, en resumidas cuentas, de un poliédrico ejercicio de historia-ficción en el que se muestra en paralelo la historia de los O’Brien y la historia reciente de Estados Unidos.
Es en esta mezcla trabajada, seria y rigurosa de episodios históricos reales y ficción donde más y mejor brilla la ágil pluma de Antonio Pérez Carmona, quien, sin duda, ha tenido que desarrollar un arduo trabajo de investigación para que El sueño americano de los O’Brien resultara lo más fiel posible.
Además, como debe ser en una buena novela, los personajes se van construyendo como un engranaje al que se le van agregando, poco a poco, dosificada pero insistentemente, nuevas piezas, y se van entrecruzando constantemente con acontecimientos históricos reales. Y, como debe ser en una buena novela, se trata de personajes riquísimos, complejos y llenos de historia.
En definitiva, una historia doble, o triple, que navega transversalmente entre géneros y que sin duda cautivará a todo tipo de lectores, aunque en especial a los interesados en la historia reciente. Y que, de camino, puede servir para aprender, algo que siempre es de agradecer.
Muy recomendable.