«Nadie viene a quedarse parado. Da igual tu velocidad, pero a estar quieto no has venido». Así comienza esta extraordinaria propuesta de crecimiento personal que nos propone Rafael Campo Ortega con este libro, La media de Rafa, un sencillo método de crecimiento personal mejorando tus 13 Ámbitos, una sensacional obra recientemente publicada por Editorial Círculo Rojo. Y no le falta razón. El movimiento se demuestra andando y los humanos, si me permiten un símil, somos como ese río del que hablaba el gran filósofo Heráclito cuando decía que nadie se baña dos veces en el mismo río. No solo es que el río nunca es igual, sino que tampoco lo somos nosotros.
Somos cambio porque estamos sometidos a unas circunstancias existenciales que nos obligan a cambiar o, directamente, nos cambian. Partiendo de esta premisa, Rafael Campo plantea que el crecimiento personal es una excelente herramienta para afrontar estos cambios vitales, muchas veces problemáticos, y, lo que es más importante, para prevenir problemas y situaciones que nos puedan superar.
Claro, cada persona es un mundo, por lo tanto, aunque el método pueda ser similar, es importante entender que el camino a seguir depende —palabra esta a la que da mucha importancia— de las circunstancias personales y existenciales de cada uno. Y esto, a la vez, depende de las sensaciones personales de cada persona en cada momento. Es decir, hay que seguir un método, pero el método se regula según nuestro estado mental y físico.
Así, su particular método de crecimiento personal, al que denomina la Media de Rafa, gira en torno a dos ideas esenciales, que expresa mediante dos potentes lemas: «Tira el dado y que siempre salga seis», que hace referencia a que, aunque no podamos controlar el resultado de los dados que nos tira la vida, sí podemos controlar nuestra respuesta; y «sueña, despierta, CAMINA, consigue», los cuatro pasos del proceso vital que plantea.
Pero no se trata solamente del libro de alguien que desde su zona de confort regala lecciones de vida. Como comenta Rafael, también realizó este viaje, sobre todo cuando un buen día tomó conciencia de que no era el tipo exitoso que pensaba que podía haber llegado a ser. Encontró ese agujero existencial que todos tenemos (unos más grande que otros) por el que se suelen ir nuestra autoestima y nuestro poder. Y pronto encontró la manera de taparlo y, de camino, lo equivocado que estaba con sus anteriores métodos. ¡Y lo encontró en las matemáticas!
Fue así como llegó a la brillante idea de realizar un listado con todo aquello que consideraba importante su vida. Y así surgieron sus 13 ámbitos: profesión, trabajo, economía, familia, pareja/hijos, amigos, mascotas/plantas, descanso, deporte, alimentación, salud, ocio y emociones/crecimiento personal. A continuación, puntuó de uno a diez cada uno de estos ámbitos en relación a su vida. Y de este modo llegó a otra brillante conclusión: no basta con tener «buena nota» en algunos de estos ámbitos, sino que es importante tener una buena media en el cómputo global, ya que todos están interrelacionados. Así, mejorando en todos los ámbitos para que mejore la media es como nos podemos mejorar a nosotros mismos, según este autor.
Este método lo acabó llevando a la práctica, primero consigo mismo, y luego con sus coachees. Y creo una herramienta genial para que cada uno pueda conocer su media personal. La pueden averiguar aquí: http://bit.ly/AE_autoevaluacionemocional
Como es lógico, no es cuestión de desvelar las herramientas y propuestas que Rafael Campo Ortega desarrolla en este brillante libro. Para ello tendrán que leerlo. Y quizás más de una vez. Solo les digo que a lo largo de sus páginas va desarrollando los aspectos que se deben tratar en cada uno de estos ámbitos.
Yo le he hecho. Además, siguiendo el consejo del autor, tras leerlo con calma e interés, haciendo míos sus consejos, repetí tras finalizarlo el cuestionario de Autoevolución personal, lo que me permitió ver que, de alguna manera, ya se había producido un cambio en mi interior.
Para terminar, si me permiten, les dejo una pequeña reflexión sobre mi propia experiencia con este método de crecimiento personal. Al final, el objetivo, creo entender, es encontrarse con uno mismo y, como necesaria consecuencia, aceptarse. Puede parecer fácil, pero no lo es. Requiere de un incesante y arduo trabajo que no todos sabemos emprender. Pero merece la pena. El premio es la libertad y el poder. Pero poder en términos nietzscheanos. Voluntad de poder, más bien.
Es decir, no se trata de enseñarnos a cambiar, ni de aprender cómo ser otro. Se trata, al contrario, de entendernos, encontrarnos y, sobre todo, escuchar a nuestro ser interior, ese que somos y que siempre hemos sido, aunque casi siempre haya estado escondido.