Sin duda alguna, la novela de suspense e intriga sigue siendo uno de los géneros más leídos y popular, aunque, por otro lado, continúa formando parte, junto a la ciencia ficción o la fantasía épica, de ese grupo de géneros mal vistos y condenados al ostracismo por los snobs intelectualoides que desde las alturas de sus exaltados egos tachan este tipo obras con el falaz calificativo de «para todo los públicos» —como si eso fuese algo negativo—, sin reconocerle la justa y más que merecida calidad literaria. Afortunadamente, hace tiempo que esto comenzó a cambiar. Y lo ha hecho gracias a obras como esta, Los crímenes de la universidad, psicopatía, opera prima de la autora Ana Martín del Barrio, recientemente publicado por la editorial Círculo Rojo, una compleja y coral novela que hará las delicias de todos los aficionados a las historias de crímenes.
La acción tiene lugar en Segovia, ciudad en la que un grupo de jóvenes comienzan el primer año de la carrera de Magisterio, aunque en diferentes ramas (primaria, infantil). Aria, Jennifer —dos chicas de La Granja de San Ildefonso—, Noa, Irina, Martina, Ainara, entre otras chicas; y Álex, Joel, Javi, Pablo, Erik y Paul, entre otros chicos. Durante los primeros meses, aparte de ir adaptándose poco a poco al mundo universitario, se irán conociendo, establecen lazos de amistad y, como es habitual, salen de fiesta.
Pero, de pronto, comienzan a sucederse una serie de extraños ataques realizados por una misteriosa persona vestida de negro y con el rostro oculto bajo un pasamontañas… Alguien anda detrás de ellos, y cada vez de una manera más violenta… Hasta que llega la primera muerte…
Y hasta aquí puedo leer. Como es lógico, no es mi intención desvelar más de lo mínimamente necesario de esta brillante novela. Solo les puedo asegurar que los acontecimientos poco a poco se van complicando y acelerando hasta llegar a un final tan perturbador como bien trabajado… Si quieren saber más, tendrán que hacer con un ejemplar de Los crímenes de la universidad, psicopatía.
En primer lugar, hay que destacar que Los crímenes de la universidad, psicopatía, es una novela coral habitada por un buen número de personajes.
Especialmente, hay que reseñar la capacidad de la autora para trabajar la psicología, las emociones y el mundo interior de cada uno de los habitantes de su obra, así como personalidad y su historia personal, para lo que desarrolla determinados recursos, como las reflexiones y pensamientos de cada uno de ellos en determinadas circunstancias —siempre con la ayuda del narrador omnisciente, figura que le permite exponer y aportar al lector numerosa información—. Se trata, pues, de personajes complejos, ricos, poliédricos, creíbles y, lo que es más destacable, que evolucionan a lo largo de las páginas del libro.
Además, la prosa de Ana Martín del Barrio brilla de manera especial en las descripciones de ambientes, consiguiendo transportar al lector a cada uno de los lugares en los que se desarrollan las distintas tramas. Esto, unido a la perfecta caracterización de los personajes, provoca una experiencia inmersiva en el lector. Por supuesto, también ayuda el lenguaje cercano, urbano y realista que imprime en los personajes, muy del día a día, que permite que el lector empatice con los actores de esta novela.
Por otro lado, desde una perspectiva puramente formal, destaca la capacidad de la autora para crear el necesario e imprescindible clímax, característica esencial de la novela de suspense. Lo hace, como es habitual, lanzando anzuelos de suspense, dosificando la información y creando tramas paralelas, atrapando al lector en una espiral, a veces desasosegante, de la que no podrá salir hasta terminar el último párrafo de la última página. A esto, como es lógico, ayuda un clásico del género que aquí también está presente: nada es lo que parece. Sin hacer spoilers, en varias ocasiones se producen importantes giros que rompen por completo la historia y que provocan que el lector quede descolocado.
En resumidas cuentas, una obra redonda, entretenida, fresca pero inquietante, creíble, fácil de leer y muy adictiva. Les aseguro que, si se lanzan a leerla, no podrán parar hasta terminarla. Todo un soplo de aire fresco en un género cada vez más en boga.