Vivir es complicado, y más en este mundo donde prima lo efímero, donde se exalta lo fugaz, donde las experiencias se diluyen nada más suceder por la terrible necesidad de tener nuevas experiencias; un mundo donde los individuos están cada vez más alejados de sí mismos y de los demás, pese a que están más conectados que nunca; donde la felicidad se vende y se compra en pequeñas dosis, gracias a que nos hemos alejado de lo que verdaderamente somos, de nosotros mismos, para convertirnos simplemente en números, datos y clientes; donde lo espiritual y lo emocional se ve con malos ojos.
Pero hay esperanza, como deja bien claro Jhonatan Asley Córdoba Peña, el autor de este libro, Rubik de vida, publicado recientemente por la Editorial Círculo Rojo; un libro que parte de una genial alegoría: la vida entendida como un cubo de Rubik, ya saben, el mítico rompecabezas que inventó en los años setenta Ernö Rubik. No podía estar más acertado, ya que, en efecto, la gran mayoría de las personas pasamos la vida, con lo corta que es, intentando encajar las piezas que permitan otorgar armonía a este viaje existencial en el que andamos inmersos.
Su propuesta gira en torno a la importancia de desarrollar las múltiples inteligencias del ser humano para que podemos alcanzar la felicidad, el bienestar y el éxito en los principales campos de nuestra vida. Así, plantea que las inteligencias más importantes son cinco: la espiritual, la más importante de todas, pues sirve para cimentar el resto; la existencial, clave para que podemos comprender y aprehender el sentido y el fin último de nuestra existencia; la emocional, que gira en torno a la importantísima gestión de las emociones, emanación de nuestro ser más profundo; la relacional, esencial para nosotros, seres sociales por naturaleza, pues es la que se encarga de cómo nos relacionamos con los otros y con este mundo que nos rodea; y la financiera, esencial en unas sociedades como las nuestras en las que el dinero, nos guste o no, es esencial no solo para sobrevivir, sino para poder vivir digna y felizmente.
Así, la obra se estructura en torno a estas cinco inteligencias esenciales. Jhonatan Asley Córdoba Peña, en su noble y bello objetivo de ayudarnos a encontrar el propósito de nuestra existencia y guiarnos por este árido camino que es la vida, ofrece un buen número de herramientas y consejos para que podamos potenciar cada uno de estos aspectos.
No es mi intención adelantarles en exceso nada de lo podrán leer si se hacen con un ejemplar de Rubik de vida, pero este libro, además de un canto a la existencia, construido desde el realismo y desde el subsuelo, es una guía de crecimiento personal que puede ayudar a todo aquel que se encuentre perdido en estas sendas inescrutables de la vida.
Una frase, dura pero apropiada, dice «Dios castiga, pero no ahoga». Al margen de lo que haga o no haga Dios, es válida en este contexto. Me explico: cuando uno ha catado la amargura de la vida en toda su intensidad, cuando ha visto lo absurda, terrible y arbitraria que puede ser la existencia, cuando ha padecido en sus carnes la soledad, el hastío, el miedo, el terror, el dolor… a partir de ahí es posible creer en la esperanza. Pero no es suficiente con esto: hay que trabajar, y Jhonatan lo explica a la perfección en su obra.
Hay que trabajar en uno mismo, porque al final, el desarrollo de estas cinco inteligencias guarda una íntima relación con un clásico adagio filosófico: el «conócete a ti mismo» que aquellos que se aventuraban a visitar el oráculo de Delfos podían encontrar en el frontispicio del templo de Apolo que allí se encontraba.
Ese trabajo de introspección, sumado a las herramientas que nos ofrece Jhonatan Asley Córdoba Peña, desde una perspectiva muy personal y casi biográfica, nos permitirá crecer espiritual, existencial, emocional, relacional y financieramente. Así podremos saciar gran parte de las pulsiones que nos caracterizan como humanos. Porque todos, de un modo u otro, tenemos determinadas ideas trascendentales y simbólicas que dotan de sentido y esperanza a nuestras vidas, además de legitimar algunos aspectos esenciales, como la ética, la moral o la justicia. Claro está, esto guarda una íntima relación con la toma de conciencia que todos llevamos a cabo en algún momento de nuestras vidas —o en varios—, algo que a veces se traduce en lo que se denomina «crisis existencial». Pero esa crisis no tiene porque llevar a la ataraxia y a la desidia, sino que, muy al contrario, se puede entender como una motivación para avanzar, para construir, para desarrollarse interiormente. Pero también exteriormente, pues no estamos solos, y las relaciones con los demás son la clave de nuestra felicidad. En los demás, en nuestros amigos, en nuestra familia, depositamos nuestro amor; con los demás gozamos nuestra vida.
Pero este camino de la introspección, del «conócete a ti mismo», como también plantea este autor, está íntimamente relacionado con la comprensión y la gestión de nuestras emociones, las manifestaciones de nuestra alma, a veces enfocadas en nosotros mismos, a veces enfocadas en los demás.
Y claro está, para poder vivir con felicidad, coherencia y equilibrio, para poder completar este Rubik de vida, es esencial aprender a desarrollar nuestras economías, nos guste o no. A ello, como ya adelanté, dedica Jhonatan Asley Córdoba Peña la última parte de su libro.
En resumidas cuentas, Rubik de vida es una obra poliédrica pero sencilla, difícil pero necesaria, que, sin duda, ayudará a todo aquel que se atreva a jugar a su juego.