CÍRCULO ROJO.- Soterraña significa subterránea y como bien dice Simón Hernández Aguado, autor de la obra que recibe este nombre, ‘Soterraña’ es una metáfora del viaje de una hoja seca que se separa de la rama, de su vida, para iniciar un viaje hacia otra vida. “Es esta travesía la hoja llega al suelo, se mancha de barro, soporta las pisadas, siente el peso del agua sucia, pero un día atraviesa el suelo, vuelve a la raíz y descubre las cosas que realmente merecen la pena. La raíz siempre es el inicio de un nuevo destino, de un nuevo árbol lleno de hojas cubiertas de luz”.
Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del autor, “un amigo que lo entiende y que no lo juzga porque sabe que las personas no son buenas todo el rato o malas todo el rato, que todo no es blanco, gris o negro, sino que la paleta de colores es mucho más amplia. Y también personas y lugares que los abrazan, aunque estén en ruinas por dentro”.
‘Soterraña’ recibe en sus poemas a toda persona que necesite construir un nuevo horizonte. “A veces el exceso de futuro y los planes que teníamos hechos se quiebran. Entonces, cuando se pierde la esperanza y llega la tristeza puedes romperte tanto que no eres capaz de reconocerte. A todas las personas que buscan un destino nuevo o que quieran aprender a disfrutar de las preguntas, porque ya no le sirven las respuestas que tienen, les recomiendo leer este libro”.
De igual modo, Simón reconoce que su inspiración viene precisamente de su necesidad de reconocerse a sí mismo. “Cuando digo te quiero o te odio con 30 años, es muy diferente a cuando lo decía con 20 años. Pero también son diferentes las emociones de mi generación a las de otras generaciones y en esa diferencia también hay poesía. Entender qué me hace vulnerable y tener ganas de celebrarlo, sin que me rompa la tristeza cuando estoy triste, eso ha sido posible gracias a escribir este libro”.
SINOPSIS
Soterraña es una travesía íntima por barcos naufragados y por islas, por un bosque de nubes y por cielos destruidos. Con una poesía llena de ventanas, el autor nos lleva de la mano por la infancia y el espejo, por los árboles rotos y las raíces, por los amores que son orilla y horizonte. En cada poema hay una conversación entre el pasado y el presente, entre el niño y el adulto, y en medio de todo está la poesía, con su agujero de tinta y su saco de luces, con su mancha de silencio en los párpados y su resistencia quebrada. Soterraña es un libro que habla al lector como a un amigo, que te invita a sentarte y a compartir un espacio. Y también es un abrazo, un pañuelo y un mar lleno de azules. Es, en esencia, una celebración de lo que nos hace vulnerables y, al mismo tiempo, nos reconcilia con la vida.
AUTOR
Nací en Carboneras, un pueblo donde el viento sabe a salitre y el mar nace en un rayo de luz.
Vivo en Cartagena; ella me abrazó y se enamoró de mis ruinas. Me dijo que eran preciosas. No la contradije.
Publiqué mi primer libro a los 19 años, junto a Antonio Monzonís, como si la vida fuese una conversación entre un espacio y dos tiempos.
A los veinte publiqué No hay nadie en el espejo. Luego vinieron más palabras. En Si los coches hablaran (2014) descubrí que cumplir años es dibujar mapas, y en Las calles de la memoria (2016), encontré la casa antigua que todos llevamos dentro.
Mis días se miden en miradas largas, en horizontes quebrados y en recuerdos que intento ordenar. Tengo un doctorado en Ciencias Económicas, Empresariales y Jurídicas, pero siempre fui poeta.