El autor se dirige a todo aquel que “quiera abandonar el dolor, superarse y aprender a canalizar la energía para conseguir sus objetivos”.
CÍRCULO ROJO.- ‘Noche en el Acanthum’ narra la historia de superación de Vicente Motxuelo a través de personajes ficcticios. “Me ha inspirado todo aquel que estuvo en el barro más absoluto, todo aquel que quiere salir del infierno de las drogas y todo aquel que está perdido y no sabe cómo salir del abismo. Sentía que todo lo vivido en mi piel podía ayudar a otras personas”, explica él mismo.
Así, el mismo Vicente reconoce que destaca “la conectividad que se crea entre el arte y las personas con mi interior”, después de todo su obra está dirigida a todas aquellas personas que quieran superarse, y sobre todo, “a todo aquel que crea que la vida se puede llevar con amor a pesar de todos los infiernos que nos vayamos cruzando. Siempre hay luz en toda oscuridad y viceversa”, explica.
Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar, tal y como expresa el autor, “una historia muy humana y real, donde todo lo más duro y doloroso que me acontece es real, donde los personajes, que son inventados, me sirven de hilo de conductor para hacer críticas sociales y sobre todo sentir que el amor todo lo puede, que la disciplina es el valor más codiciado para quien sueña fuerte y que se puede conseguir lo que deseemos conseguir, aunque sin olvidar que para ello debemos ir arando y degustando el camino que nos lleva a ello, pues de lo contrario carece de sentido”.
SINOPSIS
Noche en el Acanthum es una historia de superación personal, en la cual el protagonista empieza en la más cruda ruina económica y miseria emocional para ir sorteando obstáculos que lo harán crecer de manera exponencial con el tiempo.
A través del arte en sus distintas vertientes, se forma un entramando en el que cada cuadro se convierte en un capítulo protagonizado por la persona que lo ha inspirado. Todo esto, a su vez, conecta con un pasaje de su pasado en el que se desnuda emocionalmente.
Un guerrero cuya única lucha es ser mejor persona y su único propósito es enfrentar sus temores. En este camino, encuentra un amor limpio, sano e integral. El verdadero amor y, con él, el ansiado momento dorado.
AUTOR
BIOGRAFÍA DE VICENTE MOTXUELO POR ENRIQUE VÁZQUEZ ORIA
No muy a menudo ocurre. No es demasiado habitual. Pero cuando pasa, parece que los astros se alineen, parece que la noche se junte con el día. Es justo ese preciso momento en el que la primera estrella aparece en los horizontes, magia pura, y el instante te deje ser testigo de un momento memorable, efímero, pero que se clava en el alma de quienes permanecen impasibles. Eso vi en su primer paso en mi consulta, con sus sombras y sus lamentos, pero firme y decidido a saltar sin mirar atrás.
Eso es Vicente «motxuelo», nido que suena a morada, como suena su apodo. Hogar perfecto para los que asoman a su estampa, pues no hay mejor calor que el que da quien muchas veces tuvo frío. Vicente es ese ejemplo de resiliencia, de resistencia, de amor. Es una moraleja de las buenas de los sueños que se cumplen, como esos cuentos que nos contaron y que acaban bien, como debiera acabar cada cosa que merece la pena.
El ejemplo perfecto de quien quiere seguramente pueda, aunque con el tiempo, con toneladas de esfuerzo, y hasta con sangre, sudor y millones de lágrimas. La verdad enfrente de nuestros espejos, que nos recita y nos recuerda que una existencia fácil carece de honor, y que lo complejo es ser sencillo al final de todas las cosas.
No hablaré de su pasado, como cualquier biografía, porque habita el presente, sin más futuro que el de dentro de un rato, el único que existe siquiera. Presente, sinónimo de regalo, el que da sin preguntar a cualquiera que le conoce, con su humilde presencia, de las que se sienten hasta los huesos. Eso y unas letras, que ahora nos deja, para degustarlas a sorbo lento, con la sensación eterna de un mundo lleno que se nos da, a ese otro mundo, el nuestro, que carece de lo que a él bien le sobra. Disfruten la verdad con mayúsculas de un artista que nació para dejar huella en nuestras mentes, pero, sobre todo, en nuestros corazones, y quedarse ya hasta los restos de lo que el mismísimo Dios, no siempre benevolente ni justo, quiera…