Hace ya unos años desde que decidí abrir el cajón de las palabras mudas, donde millones de estas yacen con la razón de que allá mi voz no alcanza, no existe rescate sino la plasmación a puño y letra.
Un recopilatorio de cartas de amor y despedida; relatos de desencuentros y obstáculos del camino; narraciones de sentimientos que perviven, hoy incluso, a flor de piel; diálogos con los demonios que uno lleva por dentro… Todo dado a luz tras días y días de desahogo personal, convertido ahora en una de mis obras, la más personal hasta el momento, y con la que más de uno podrá sentirse identificado.