Almas encerradas trata de actualizar y recuperar la mística y la espiritualidad más pura para llevarla a nuestra vida cotidiana.
La primera parte de la obra comienza con el reencuentro de Diego con su hija, Alicia, después de una larga separación. Motivada por las continuas desavenencias en la relación con su primera mujer, Marta. Para desgracia de padre e hija, se ven atrapados en el desván de la casa del pueblo, del que no pueden escapar. Periodo de encierro que coincide con la pandemia de 2020. Atrapados en aquella estancia, se inicia un periodo de descubrimiento de sus dos personalidades y empiezan a brotar renovados sentimientos entre ellos. La experiencia espiritual de Diego irá calando en Alicia, favorecida por el aislamiento sin apenas víveres, del que parece difícil salir con vida. Además, les sobrevienen extraños fenómenos que aumentan la angustia de los dos protagonistas.
La segunda parte se centra en la vida de un monje eremita, Isidoro, y su relación con uno de los personajes. Su profunda sabiduría, tomando la mística y una renovada espiritualidad como herramientas de primer nivel, dotará de una savia nueva a la historia. También contribuirá decisivamente al cambio de mentalidad y conciencia de uno de los personajes clave de la obra. No obstante, el propósito de la novela es profundizar en la necesidad de despertar nuestra conciencia para iniciar un camino espiritual. Las experiencias místicas, teosóficas, espiritistas, kabalistas y otras, introducen aspectos importantes para la reflexión y la búsqueda de la verdadera felicidad.