Los países de la Unión Europea no son solo socios en un proyecto político único; también son paisajes con vida, visión, energía; invitan a sobrepasar el umbral de la poesía.
Tuve el privilegio de explorar sus cuerpos y sus almas, estudiando, trabajando, soñando, amando en muchos de estos países. Intenté recoger algo de sus quintaesencias, de sus deseos de sobresalir y de resistir, de sus promesas para el porvenir…
La construcción europea no es un hecho obvio, es una elección política consciente. Siempre desarrollé un optimismo exigente para el proyecto europeo, en permanente evolución, y nunca me decepcionó. Lo he servido con ciencia, arte, pasión…
Aquí, humildemente, reúno mis poemas dialogando con mis dibujos con gratitud, para abrazar todos los países de la Unión y crear y compartir nuevas emociones.