Dicen que cuando nacemos somos estrellitas flotando en el inmenso universo. Tan frágiles, tan pequeñitos y tan puros que parecemos invisible a todo lo que nos rodea y, sin embargo, es la única etapa en la que sabemos brillar solos. Somos esa luz que necesitamos cuando queremos que las cosas vayan bien. Así que, abre los ojos y saca a la niña que llevas dentro. Ella se encargará de iluminarte el camino, tú solo déjate llevar mientras brillas.