Desde antaño se ha comentado, en infinidad de reuniones de tunos, que habría que reunir en un glosario las anécdotas que cada uno ha vivido a lo largo de sus andanzas y correrías ejerciendo el «mester del negro ministerio», con el único fin de que no se pierdan en el olvido. Si bien es cierto que cada cual guarda en su memoria experiencias dignas de recordar, el Bajocas tiene para escribir toda una enciclopedia repleta de anécdotas estrambóticas e increíbles. Con este libro se rinde homenaje a este personaje muy real, contando algunas de sus historietas disparatadas, a las que solo se ha añadido la literatura necesaria para trasmitir lo más fielmente posible todo lo que aconteció el día o la noche de autos, y cómo lo vivieron los presentes. Hay, a buen seguro, muchos otros «Bajocas» en decenas de rincones de nuestra geografía, pero a este lo conocí yo, y tuve la suerte de compartir con él momentos que permanecerán para siempre imborrables en mi memoria. Estoy seguro de que casi todos los recordaré con una sonrisa. Muchos acabarán siendo chascarrillos, que relataré para el disfrute de los presentes en más de una reunión de amigos. Algunos solo podré contárselos a mi hijo cuando alcance la mayoría de edad y no haya riesgo de que se escandalice. Guardaré como oro en paño otros que no contaré nunca a nadie, los más íntimos, esos que me hicieron reflexionar tanto sobre las personas y la vida. … Y en mi interior daré siempre gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de haber vivido todos y cada uno de ellos.