Segunda entrega de la trilogía de Pedro, “El Antoñuelo”. Tras la primera novela Un gaucho de Almería en el Puente del Inca, llega esta segunda parte de la trilogía, situada entre los años 1918-1939.
El autor Pedro A. Soler Martínez nos muestra, con su prosa acostumbrada, una novela trepidante, donde la épica se mezcla con la historia, en la dulce y cruda realidad de la vida de “El Antoñuelo”. Un hombre hecho a sí mismo, de exquisita templanza, pero con una fortaleza y personalidad arrolladoras. Poseedor de una emprendedora visión empresarial innata, capaz de hacerle alcanzar las más altas cotas de éxitos, a pesar de sentirse constantemente atrapado por la desdicha de ingratos recuerdos familiares, en forma de destino infame, que le hacían una y otra vez retar y desafiar constantemente a la muerte.
Hombre de paz pero incapaz de soportar las injusticias a los más necesitados, lo dejó todo por defender y darse los demás. Aunque considerado extranjero por su propio país, luchó por él, no obstante, derramando su sangre en las Brigadas Internacionales de la Republica.
Una epopeya llena de dulzura, amor y de épica en una Argentina convulsa, y en una España abocada a una cruenta guerra civil fratricida, tras el fallido golpe de estado de Franco y Mola. En su lucha, roja como su sangre derramada, intentaba llevar sosiego a su indomable espíritu de “Antoñuelo”, ¡su apodo!
Una novela que pone una vez más de manifiesto la crueldad de aquellos a los que el poder otorgó el falso derecho a la barbarie y a la represión, abocando a España a la hambruna y a la miseria intelectual. ¡Pero eso es otra historia!