Un título puede contener la síntesis de la verdad de su contenido, como un traje hecho a medida o la esencia de una flor, que no esconden, sino que resaltan la personalidad de su modelo. Aprender de la nada, para tenerlo todo es el resumen fiel de la experiencia de un hombre que un día conectó su cámara fotográfica a su corazón y se dio cuenta de que en el vacío siempre es más fácil encontrar una sonrisa, la luz que ocupa esa nada, la chispa del alma que todos llevamos dentro. Lo que llevamos fuera es pasajero y se desvanece a medida que la vida nos despoja de nuestro envoltorio. A Quim esto le sucedió lejos de casa, en India, de la mano de Vicente Ferrer, y ahí aprendió que su casa podía ser cualquier lugar del mundo y que su gente podía ser cualquier ser humano, cualquier ser vivo.
Del prólogo de Gerard Quintana