Aquiles vive el territorio fronterizo de sus quince años en Palmones, pueblo de pescadores y contrabandistas, en la España de las postrimerías del franquismo. A los tonos grises de la época, opone Aquiles su propio universo en technicolor, poblado de héroes y de villanos, de lealtades inquebrantables y de épicas traiciones, de secretos y de mentiras. La llegada de una compañía italiana de circo saca al pueblo de su letargo estival. Una cabalgata recorre sus calles. Al son de la fanfarria, entre trapecistas, volatineros, payasos y tragasables, una muchacha hace equilibrios sobre una gigantesca pelota. Esa mágica aparición preludia una serie de acontecimientos que acabarán por dar un vuelco a la plácida existencia infantil de Aquiles: de repente, nadie es lo que parece ni nada volverá a ser lo que era.