Arte con alfileres nos cuenta la historia de Toni Fernández, un empresario hecho a sí mismo: madrileño, gitano y amante de su familia, para quien «ser una persona decente» (como su padre le enseñó) es su cruz de guía en la vida. La biografía se inicia en Levante, donde sus antepasados vivieron, y sigue la trayectoria de la familia hasta establecerse en el madrileño barrio de Lavapiés, donde Toni comenzará a iniciarse en el apasionante mundo de la venta, hasta convertirse, junto a su mujer, Luisa, y sus cuatro hijos (Elvira, Antón, Emilio y Luisa), en una reconocida familia de empresarios de Madrid, en el sector de trajes de fiesta y ceremonia.
Entre anécdotas y detalles de humor —que hacen muy amena la lectura de la historia—, el autor nos cuenta cómo, sin olvidar nunca sus raíces gitanas y el ejemplo que sus padres le legaron, Toni Fernández ha conseguido convertir la venta en un arte; más importante que vender es conseguir que sus clientas se sientan satisfechas y realizadas siguiendo sus consejos.