Desde niños se amaban sin saberlo aún. Cada verano volvían a encontrarse, y jugaban en la playa de Lanzarote hasta que se escondía el sol.
Siendo adolescentes, Didier y María prometieron volver a verse el siguiente verano, pero los padres de él se divorciaron y aquella promesa no pudo cumplirse.
María se quedó esperando, triste. Decepcionada decidió continuar con su vida, guardando un hermoso recuerdo de aquel primer amor.
Didier, ya mayor de edad, ahorró lo suficiente para volver a la isla y buscar a María. Tenía una única meta en su mente: encontrarla y no separarse de ella jamás. Tras el hallazgo fortuito de una piedra se desencadena toda la trama. Didier viaja a través del tiempo, y se reencuentra con María en otras épocas pasadas, donde ella no lo reconoce. Se convierten en dos personas con vidas paralelas unidas por saltos temporales, hasta que por fin Didier consigue llegar al presente y recuperar la confianza de su único amor.