Alejandro de Ancos
Langreo, 1953. Lector empedernido, tan pronto te dice que lee sobre entrenamientos en atletismo como sobre la Grecia Arcaica y Clásica. Todo está unido en su memoria, esa que deja plasmada en diferentes artículos en medios de comunicación, por-que como dice: «recordar es tan fundamental como aquello que leemos y lo que comemos». Trabajó como albañilencofrador, vendió libros y como DUE, aunque a él le gusta reconocerse como practicante. Una figura laboral de otros tiempos que iba recorriendo los pueblos curando heridas y poniendo inyecciones para terror de los más pequeños. Fue director de personal en el Sanatorio Adaro, aunque la mayor parte de su vida laboral transcurrió en el Centro Médico del pozo minero de Samuño, donde pudo ver y asistir a muchos accidentes en la mina. Hoy con 68 años, ya jubilado, la mayor parte de su tiempo lo dedica a hacer ejercicio, leer, escribir y organizar, con el Club de Atletismo Ochobre, dos carreras emblemáticas en España: los 10 km de Langreo y la Subida al Angliru.