Mi historia es un testimonio de perseverancia, aprendizaje y entrega absoluta a mi vocación.
Desde mis primeros pasos en la Guardia Civil hasta mi etapa como jefe de policía en Valldemossa, mi vida ha estado marcada por el compromiso con el servicio público y la seguridad ciudadana. A lo largo de los años, he enfrentado grandes desafíos, pero también he logrado hitos que me han llenado de orgullo, como la drástica reducción de hurtos en zonas turísticas y la implementación de estrategias innovadoras que han mejorado la seguridad de muchas personas.
El esfuerzo y la dedicación han sido reconocidos con diez condecoraciones, entre ellas la Gran Cruz Azul en Carmona. Mi compromiso no solo ha sido valorado a nivel local y nacional, sino también mediante cartas de felicitación de altos cargos, incluida la presidenta del Gobierno Balear.
He seguido trabajando en el ámbito policial y, al mismo tiempo, he asumido responsabilidades en la administración pública, desempeñándome como secretario interventor accidental, una experiencia que me ha permitido comprender aún más la complejidad del servicio público.
Cada destino en el que he trabajado, incluso en la península, concretamente en Las Cabezas de San Juan, ha sido una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Me he rodeado de grandes compañeros, de quienes he aprendido tanto como ellos de mí. Siempre he creído en la importancia de la coordinación y el trabajo en equipo, porque solo así se puede alcanzar la excelencia en esta profesión.
Hoy sigo luchando por la dignificación del trabajo policial y el reconocimiento de quienes, cada día, se esfuerzan por garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. He pasado por muchos lugares, pero aún queda camino por recorrer… ¿Quién sabe? Tal vez el futuro me depare nuevos desafíos.