Antonio Garrido nace en Sevilla un 27 de junio de 1946 en el seno de una familia acomodada. Su padre, Óscar, prestigioso maestro tapicero hecho a sí mismo, regenta un taller centenario heredado de su maestro en la plaza de la Gavidia. Desde su niñez, estuvo rodeado de mujeres vestidas de riguroso luto como consecuencia de la guerra, estas circunstancias, el amor a su padre y al oficio de tapicero marcaron su futuro.
A los catorce años, abandona la escuela y comparte el aprendizaje de tapicero con el deporte del rugby y la pintura. Su afición insaciable a la lectura —principalmente de historia—, poesía y, más tarde, la filosofía lo lleva a participar desde temprana edad en todas las tertulias literarias de su entorno, donde despierta cierta admiración por la sencillez costumbrista de su prosa y poesía.
Al tener que contraer matrimonio y crear una familia que resultó numerosa bastante joven, sufre un parón considerable su actividad literaria, que reanuda en la segunda etapa de su vida, desarrollando su cualidad de bohemio y autodidacta. En ese momento, se enfrenta a todos los géneros literarios que le apetece, miembro de las tertulias, gallo de vidrio, el carro de la nieve, noches del baratillo y, finalmente, alhoja, participa en un buen número de publicaciones colectivas y revistas obteniendo algunos galardones