Si ya has leído Esto no es el CSI —y si no, ya estás tardando—, sabrás que soy socióloga, que no vivo aún de la literatura, sino de la Función Pública, y que ando por un pueblo pequeño del sur de Pontevedra, donde ubico el escenario de mis novelas y por donde salgo a correr con mis particulares dragones, Pepo Y Vilma.
Aunque siempre me gustó escribir, mi acercamiento al mundo editorial se produjo hace un año, con una novela escrita durante el confinamiento, sin apenas correcciones y sin demasiada estrategia. Los deseos oscuros, segundo caso de Lila Madrigal está mas cuidada en el ritmo, en el lenguaje, en las voces protagonistas y en la elección de los personajes. He procurado que no perdiera frescura, pero que ganara madurez. Vosotros me diréis si lo he conseguido.