Carlos Arauzo Arauzo, hace uso en esta ocasión de este mes de julio para concentrado en su faceta poética dar vida a este nuevo libro que empezó siendo rebelde pero terminó manso y sosegado. Pasó de encadenado en su primer referente a ampararse en la naturaleza y la libertad en el último. Cinco apartados contemplan este libro, con láminas todas ellas del pintor y amigo Antonio Galán, en muchos casos realizadas para la ocasión, Cadenas y Grilletes, poemas inconformistas, Rompiendo las cadenas manifestando la liberación de las mismas, Umbral de la poesía recoge mi estancia en Valladolid el mes de mayo,
Poemas luctuosos recuerda a personajes que pasaron por mi vida dejando impronta,tres de esos poema escritos con anterioridad a esta época veraniega, y por último Esencias de un pueblo, desgrana la emotividad del poeta y sus añoranzas rurales. De tal forma surgió este libro, más corto que los anteriores, seleccionando su contenido y dejando poemas en lista de espera.
La línea la misma de siempre, mis intentos por cambiarla no dan resultado, me pueden mis enseñanzas poéticas, lo siempre cultivado, el uso de las consonancias que son como uvas de un racimo de versos que acompañan permanentemente a mi pluma.