Carlos Gimeno Sanz (Madrid, 1957), de formación ingeniero de minas y apasionado autodidacta de los caracteres chinos, ha dedicado gran parte de su tiempo libre en las dos últimas décadas a desentrañar esta enigmática forma de escritura aplicando la lógica y el pensamiento racional.
Su tesón y perseverancia para tratar de cubrir la carencia de explicaciones razonables sobre la milenaria escritura china en la bibliografía existente han desembocado en este proyecto singular y sin parangón llamado Chinoscopio, una herramienta indispensable para estudiantes, lingüistas y amantes del idioma y de la cultura china.
Nos encontramos, sin duda, ante un salto cualitativo muy importante en la comprensión de esta escritura y, en lo sucesivo, ya no serán necesarios los ingentes esfuerzos memorísticos o las artificiales reglas mnemotécnicas para aprender, comprender y dominar con soltura la escritura china, un conjunto de caracteres que constituyen un registro vivo de la historia y la cultura de la humanidad.