Un amante de la naturaleza. Disfrutó en su infancia, adolescencia y edad madura, de la cautivante belleza que envuelve al Chaco en la parte boliviana. Un excursionista solitario que, fascinado por la imponente presencia de la cordillera del Aguaragüe, escaló sus milenarias y accidentadas peñerías y recorrió sus refrescantes y cristalinas quebradas de torrentes cantarinos, observando la fauna y la exuberante vegetación en un armonioso escenario natural de belleza inefable. Ingeniero electrónico de profesión, dedicó gran parte de su vida a las telecomunicaciones aeronáuticas iniciando esta actividad en su natal Bolivia y luego en la Organización de Aviación Civil internacional (OACI), agencia de Naciones Unidas especializada en Aviación, desarrollando proyectos para mejorar y modernizar la navegación aérea en Sudamérica y regiones vecinas. Astrónomo, fotógrafo, lector y escritor aficionado, sintió en un momento dado la necesidad de jubilarse y continuar la vida siguiendo el llamado de su inquieto espíritu, y es ahí donde nace el impulso de escribir esta primera novela que evoca sus recuerdos y experiencias en aquel espacio-tiempo que compartió, sumergido en la magia de la naturaleza agreste y salvaje del Chaco, con personas sencillas, alegres y de trato amable, amigos, que dejaron en su vida un imborrable recuerdo.