Clara Ruiz Prada (La Coruña, 1983) vivió más de diez años en el extranjero, en ciudades como Londres y Berlín, antes de volver a su Barcelona de origen para empezar a vivir desde el corazón, nutriendo sus hambres de creatividad, belleza y pasión, y cultivando su amor por las artes, la danza y el teatro. Decidió dar un giro a su vida profesional y reencontrarse con su autenticidad y su ternura. A través de la escritura y la pintura, a las que dedica las primeras respiraciones del día, pudo digerir heridas emocionales del pasado y liberar experiencias corporales que la mantenían anclada a un pasado congelado.
Su amor por la lectura la conecta con su madre, quien trabajaba en una editorial y le regalaba libros. Ahora, a través de la poesía, Clara agradece poder expresar sobre papel, a través de imágenes y metáforas, un dolor que el cuerpo recuerda, pero la mente ha preferido olvidar.