Natural de Padul, un pequeño paraíso a la orilla de Granada. Nacido a mediados de 1985, padre de vocación, de familia extensa y trabajadora. Escribir se convirtió en un paso inevitable, sobre todo gracias a mi maestro, mi padre, mi amigo: mi abuelo. La única pega es que él nunca supo ni sabrá nada de esto. No me enseñó a redactar, me ayudó a vivir y saber valorar lo que tengo. Sobre mis logros, existen, aunque por mi filosofía entiendo que no hay mayor
mérito que asumir el presente, y ayudar con lo escrito a quien también desea hacerlo. En los pequeños detalles reside el genio, en ser amo y señor de las emociones, en conseguir despistar a los más incrédulos. Espero no decepcionar, como también deseo no llegar a creerme mejor de lo que soy, y hasta el último día seguir creciendo. Perdoné a la oscuridad por no creer en los sueños, perdonadme a mí, por no haber escrito antes este cuento. Sed felices.