Enrique Javier Bastida Caracuel, abrió sus ojos a la vida en el precioso pueblo malagueño de Mijas, provincia de Málaga, a mediados del siglo pasado, en el año 1961.
Los motivos laborales de su familia, le lleva a establecerse en la no menos bella y trimilenaria ciudad de Cartagena allá por el año 1967, ciudad en la que reside actualmente y donde quisiera morir, aunque no tiene ninguna prisa por hacerlo.
Hace ya casi treinta años que está al servicio de sus conciudadanos, ejerciendo como agente de la Policía Local desde que ganó la oposición en el año 1987.
Su afición por la literatura le viene de toda la vida.
Se califica como un auténtico “león”, pues desde muy niño siempre ha disfrutado sumergiéndose en la lectura de todo tipo de temas y estilos.
En el año 2010 se lanzó a dejar plasmado por escrito sus penas y sus alegrías, sus ilusiones y sus frustraciones.
Fruto de ese trabajo es el libro que el lector tiene ahora entre sus manos. Se trata de su segunda novela (la primera, aunque acabada, está por editar). En ella, cuenta la sorprendente historia de un tímido muchacho de un pequeño e imaginario pueblo de la Sierra de Madrid.
Consta de dos partes perfectamente diferenciadas, en la que el lector se verá sumergido en una aventura tierna a la vez que desgarradora y en la que tendrá la posibilidad de reír y de verter alguna pequeña lágrima si es lo suficientemente sensible.