Hola, soy María, pero me gusta que me digan Filius Gaia, en latín porque es la lengua originaria; me gusta evocar que soy una hija de la tierra como todos lo somos, la tierra madre que nos da de beber cada día su leche como agua. Me gusta el aroma que tiene la vida, me gustan las canciones de la lluvia callada sobre la jungla de las montañas colombianas donde nací en el seno de una familia cafetera. Allí, encantada por el embrujo de agua que baña la cordillera de los andes entre los campos y las aves, fue donde escribí este mi primer libro, entre el amor y el desamor, entre lo contemporáneo y lo moderno, entre lo efímero y lo placentero, vivir como una joven con el apetito hambriento de amor y amistad, pero tratando de comprender a través de mi sentir las razones del sufrimiento y la dicha.
Siempre activista, defensora de los derechos de la naturaleza, promotora de las buenas prácticas ambientales en especial de la gestión de los residuos y la agroecología, sin embargo un día mi sueño de venir a Europa a convertirme en una gran pintora pudo más que el sentir húmedo de lo entrañable de las montañas de mis ansias y, escapando de un país hermoso donde los poderosos esconden una guerra, me he refugiado entre Polonia y España, donde actualmente me encuentro tejiendo mis sueños entre nuevos sentimientos, nuevos sabores de estas extraordinarias culturas, entre el amor, la soledad y la extraordinaria belleza de La Rioja, donde actualmente vivo. Aquí he encontrado una nueva apertura para mi ser, donde me deslizo hacia el borde de lo que con palabras describe mi alma, tratando de amar las formas vivas que ha tomado este milenario polvo de estrellas del que están hechas todas las cosas, empapando la vida de las partículas invisibles del amor para mirar desde esta ventana que desea abrirse para mirar a lo profundo de mi cosmos interior.