Yo, Fco. Javier García García, en plenas facultades, tanto físicas como mentales, declaro —por imperativo legal—, que nací un aciago día de septiembre, hacia la mitad del siglo XX en la ciudad más famosa por su rima y por no tener tranvía ni metro. Desde que aprendí a escribir, utilicé semejante habilidad para practicarla en cualquier soporte —incluido el suelo del pasillo—.
El resultado de esta experiencia me desanimó bastante; pero como he sido muy tozudo, continué con mi afición utilizando otros soportes que no me reportaran consecuencias como cuando lo hice en el pasillo. A pesar de todo, alguna consecuencia sí que me han reportado (mejor lo dejamos). Y, ya, habiéndome afianzado en el arte de Cervantes, en el sarcasmo de Quevedo y en el humor de Poncela, Muñoz Seca, Eduardo Mendoza y tantos otros; decidí escribir comedias de humor, múltiples artículos y relatos cortos. Creo que los tengo todos, pero no sé dónde. Cuando la parca me llame, ya aparecerán junto con todo lo que guardo y terminarán (qué cruel es la vida), en el cubo de la basura. Espero que este librito se salve. Amén.