Yo, Francisco Lázaro Mainar, cursé mis estudios en los jesuitas de Zaragoza, obteniendo el Bachiller Superior con unas calificaciones más que discretas. Carezco de diplomaturas o grado alguno, así como de cualquier titulación, acreditación o reconocimiento sobre la capacidad o idoneidad para escribir no solo este libro, sino cualquier otro.
Por supuesto, no he obtenido ningún máster ni he impartido ninguna conferencia o curso relacionado con este tema.
Todas estas líneas con mi currículum no pretenden, en ningún caso, hacer apología de la ignorancia, sino indicar al lector que no es necesario tener ningún título para aspirar a ser más feliz.
En cualquier caso, si alguna persona se ha podido sentir dolida por mis palabras, le pido perdón. Además, soy plenamente consciente de la dificultad y el esfuerzo que supone conseguir cualquiera de los objetivos reseñados puesto que yo he sido incapaz de lograrlos.
Según Daniel Goleman: (Stockton, 7 de marzo de1946), psicólogo, periodista y escritor estadounidense de fama mundial, autor del libro “Inteligencia emocional”: «No hay relación directa entre lo que entendemos por inteligencia académica y la inteligencia emocional. Una persona puede ser sumamente inteligente y haber destacado en la escuela, pero, sin embargo, no destacar en su vida».
Asimismo, manifestaba: «Hay correlación cero entre coeficiente intelectual y empatía emocional, puesto que están controlados por diferentes partes del cerebro».