Soy Francisco Rueda Arroyo. Nací en la ciudad de Écija, provincia de Sevilla, en la sartén de Andalucía, el 22 de mayo de 1950.
El niño «Francisco» se vio obligado a dejar su casa, por falta de pan y cama, en septiembre de 1963.Con trece años, tuvo que irse a trabajar a Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), aún sin acabar los estudios primarios. Hoy, el viejo jubilado vive en Premiá de Mar (Barcelona).
A mí siempre me ha gustado leer, sobre todo, clásicos, teatro y poesía. Lorca, Machado, Hernández, Calderón, Zorrilla, Lope de Vega, etc. «Leer ha sido mi mejor escuela».
Siempre tuve la necesidad de escribir, pero los tiempos no me cuadraban para poder hacerlo hasta que me jubilé, entonces pensé: «este es el momento», y empecé a recopilar, actualizar, reescribir, escribir, leer, repasar, visitar los recovecos de la mente, airear los rincones dormidos y así tratar de dar luz a una parte de mis recuerdos dormidos, de mi entorno, de mi historia, de la vida en general.
Creo que he cumplido parte de mí sueño, porque soy un abuelo que en dos años ha publicado cuatro libros de pequeños cuentos, pequeñas historias y pequeños poemas. En definitiva, una pequeña obra poética, escrita en verso salpicada con retazos de una vida.
Qué mejor herencia puedo dejar a mis nietas que el hecho de que puedan decir que su abuelo fue «poeta».