Gabriela Maldonado Fernández (1945).
Desde su tierna niñez, escuchó el saber popular, las viejas fórmulas y los secretos transmitidos por la sabiduría de nuestros mayores. Por desgracia, la escuela le fue vetada como a tantos otros a causa de la falta de oportunidades, el trabajo y la necesidad, mas no fue suficiente para anegar su espíritu artista, nutriéndose de versos y rimas que cantaban en boca de aquella buena gente que reía y lloraba; en resumen: vivían en una España que nos legó su alma plasmada en esta obra.